LOS DATOS LO DEJAN CLARO
Para todos los padres, la seguridad de los más pequeños a la hora de viajar en coche es y siempre debe ser una de sus principales prioridades. Sin embargo, en ocasiones la compra de un sistema de retención infantil puede jugarnos una mala pasada...
La globalización ha traído muchas cosas positivas en nuestro día a día, también en el mundo de la automoción, generando una mayor conexión entre mercados de diferentes continentes, lo que ha impulsado la importación directa de productos extracomunitarios a través de internet, una práctica cada vez más extendida en el mercado europeo. Este fenómeno se ve facilitado por la presencia de plataformas de comercio electrónico globales que ofrecen a los consumidores europeos una amplia gama de productos a precios competitivos, con una experiencia de compra sencilla y rápida.
Sin embargo, la divergencia en las normativas de seguridad y calidad entre la Unión Europea (UE) y otras regiones del mundo puede llegar a suponer un problema muy grave para el usuario europeo. La falta de cumplimiento con los estándares europeos y el incumplimiento de las condiciones de puesta en servicio de productos importados que escapan al control de los mecanismos de los países europeos pueden representar un riesgo para la seguridad de los consumidores, más aún si estamos hablando de la seguridad de los más pequeños.
Ante esta situación, la Alianza Española para la Seguridad Vial Infantil (AESVI), el principal foro de expertos en seguridad vial infantil, se propuso examinar la situación específica de los Sistemas de Retención Infantil (SRI) para ofrecer un informe detallado sobre los riesgos reales que pueden suponer los dispositivos adquiridos en plataformas de venta directa extracomunitarias para la seguridad de los niños.
Para llevar a cabo esta investigación, la Comisión de Investigación de AESVI realizó un estudio científico dirigido por reconocidos expertos en seguridad vial infantil, como Juan J. Alba, profesor del departamento de ingeniería mecánica de la Universidad de Zaragoza; Joan Forrellad, responsable del crash test de Jané España; y Javier Castillo, responsable de homologaciones de CasualPlay.
El estudio incluyó la adquisición de 10 muestras representativas de distintas edades de uso de SRI, sin tener en cuenta marcas, precios o consideraciones técnicas o legales, en las plataformas de venta de importación directa más populares en España. Estas muestras se sometieron a ensayos dinámicos de impacto frontal en el laboratorio español Applus+ IDIADA.
Los resultados de los ensayos son muy claros: ninguno de los SRI examinados cumplía con los requisitos normativos y técnicos para su comercialización en Europa. Además, se encontró que el 60% de las muestras carecía de homologación y el 40% respondía a publicidad engañosa. Del mismo modo, el 70% de las muestras no superó el test dinámico y el 30% restante mostró una ineficacia total, con el dummy saliendo disparado en la prueba. Estos hallazgos destacan la importancia de garantizar la seguridad y la calidad de los productos importados para proteger a los consumidores, especialmente a los niños.