Daniel Molina es uno de esos casos que despierta la admiración de cualquier mortal. Pese a su discapacidad, por la pérdida de una pierna en un accidente, se dedica a una de las disciplinas más duras del deporte (en el que ha cosechado grandes éxitos) como es el triatlón. Su constancia y esfuerzo han hecho que se vuelva a integrar en la sociedad y el deporte se ha convertido en su trabajo y modo de vida. Es
embajador de Mitsubishi y conduce a diario un Outlander, un coche amplio y cómodo que le facilita un poco las cosas... Y es que al final del día puede hacer lo que hace todo el mundo: conducir, correr, nadar o montar en bici. Par él, no hay barreras...
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