La magia de un lugar suele venir marcada por los recuerdos que evoca, por los sentimientos que despierta. En determinadas ocasiones existen espacios que nos permiten mirar al pasado y revivir esos momentos que un día nos hicieron sonreír. Así es la Nave A122,
un lugar que no sólo esconde esas imágenes que la actriz María Castro recuerda, sino que alberga cientos de historias personales, historias con las que muchos crecieron, porque fue Seat la que se encargó de poner sobre ruedas a familias enteras. Aquí se guardan más de 200 modelos para circular por la calle y otros tantos los que representan sus éxitos en competición.