La DGT, luchando contra el error de etiquetado
Las etiquetas de contaminación están siendo, desde luego, un auténtico quebradero de cabeza para la DGT, que ha sido incapaz de controlar su funcionamiento de forma correcta.
Las etiquetas ambientales de la DGT nacieron ya hace algunos años, aunque lo hicieron de forma muy tímida: su propósito era organizar el parque automovilístico español en función de su potencial contaminante, una medida que poco a poco comenzó a hacerse más visible hasta la fecha actual, donde ya existen restricciones al tráfico dependiendo de la etiqueta de nuestro coche, siendo su uso obligatorio en algunas zonas del país.
Sin embargo, es posible encontrar ciertos errores en el etiquetado que, ni más ni menos, privan de etiqueta ambiental a algunos vehículos que, en realidad, sí cumplen las condiciones para recibir una etiqueta diferente a la que se le ha asignado o, simplemente, pueden recibir una etiqueta pero según la DGT no les corresponde ninguna. ¿Cómo es posible? VER ARRIBA EL VÍDEO.
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Las restricciones de circulación se han impuesto como una medida clave a la hora de reducir los niveles de contaminación, una medida que ya opera en ciudades españolas como Madrid o Barcelona, y que se utiliza también de forma temporal, dependiendo de las condiciones atmosféricas, en otros núcleos urbanos como el de Valladolid.
La ciudad condal es, sin lugar a dudas, donde más 'ferrea' es la medida, ya que a partir del próximo 2 de enero de 2020 entra en funcionamiento la ZBE, una zona de bajas emisiones que incluye tanto a Barcelona capital como a decenas de municipios y rondas, a las que no podrán acceder, en horario laborable de lunes a viernes, aquellos vehículos que no cuenten con etiqueta ambiental, es decir, los más antiguos y contaminantes.