SEGÚN UN INFORME DE LA ACEA
La Asociación de Constructores Europeos (ACEA) ha dado a conocer su informe anual sobre la fiscalidad del automóvil.
La Asociación de Constructores Europeos (ACEA) ha dado a conocer su informe anual sobre la fiscalidad del automóvil y los resultados nos dejan dos datos relevantes acerca de España. Nuestro país es el cuarto en recaudación de impuestos, aunque si centramos el foco únicamente en los datos impositivos de cada coche ocuparía el 13º puesto.
Para dar forma a este estudio y, en concreto a la parte de España, se han empleado los datos procedentes de ANFAC y Facua. Los impuestos contabilizados son todos aquellos relacionados con los vehículos (turismos y motos): matriculación, circulación, emisiones, IVA, combustible, carreteras… Los ingresos fiscales obtenidos en materia de motor ascienden a 398.400 millones de euros, un 3% más respecto a 2020. Una cantidad que multiplica por 2,5 el presupuesto anual de toda la UE.
En el caso concreto de España las arcas reciben 21.500 millones de euros. De ellos, 5.000 millones de euros proceden del IVA, del impuesto de matriculación y de las reparaciones. Más de dos terceras partes del total llegan a través de los combustibles y lubricantes fósiles: 504 euros cada 1.000 litros de gasolina y 379 euros por cada 1.000 litros de diésel. Alemania, por ejemplo, recauda 99.900 millones de euros anuales.
Impuestos por coche
Antes os hablábamos de dos datos: la recaudación total, que ya hemos analizado, y el tipo impositivo por coche. En este caso, España está entre los países mejores tratados por Hacienda de toda la Unión Europea: 1.068 euros por coche lejos de los 3.187 euros de Bélgica, los 2.678 de Austria o los 2.523 euros de Finlandia. Por detrás de las tres naciones que ocupan el podio aparecen Irlanda (2.438 euros), Dinamarca (2.251 euros), Países Bajos (2.158 euros), Alemania (1.963 euros), Francia (1.911 euros), Italia (1.727 euros) y Suecia (1.561 euros).
Eric-Mark Huitema, director general de ACEA, ha propuesto dar una segunda vida a esta recaudación invirtiéndola en la transformación de la movilidad. “Deberían ayudar a financiar la infraestructura de carga y el reabastecimiento de combustible que ahora se necesita con urgencia para atender la creciente aceptación del mercado de vehículos de propulsión alternativa”. No en vano, el 14% de los coches que se venden en Europa son eléctricos y temen que la falta de infraestructuras frene esas ventas.