ECONOMÍA Y MECÁNICA

Este botón te ayuda a ahorrar combustible, pero también es un peligro para tu coche diésel

La tecnología es una gran aliada a la hora de ahorrar combustible, sobre todo en un escenario marcado por la inflación general y por los altos precios de la gasolina y el diésel. Sin embargo, hay que tomar esta ayuda con precaución porque abusar de ella puede convertirse en un obligado paso por el taller para tu coche diésel.

Ahorrar combustible, cuando los precios de la gasolina y el diésel son tan altos y la inflación acosa a las familias, puede ser una misión (casi) imposible en la que cualquier fórmula es bienvenida. La tecnología, en este caso, es una gran aliada porque puede echarnos una mano para que nuestra conducción sea más eficiente: el problema es que esta ayuda puede jugar en contra de los diésel.

¿Cómo nos puede ayudar la tecnología a ahorrar combustible? Con el botón ECO, un modo de conducción presente, ya, en muchos modelos. Su configuración tiene un objetivo: reducir tanto el consumo como las emisiones apostando por una conducción más relajada.

Conductor | Pixabay

La cara

Para ello, siempre que sea posible, hace que el coche circule en marchas largas para reducir el régimen de revoluciones. Y lo logra modificando el comportamiento del motor, pero también de la dirección.

  • Motor: el botón ECO rebaja la cantidad de combustible que llega al motor y, en algunos casos, limita también la potencia. El conducto lo nota, pero, en principio, no acusará falta de prestaciones.
  • Dirección: el modo ECO hace que la dirección sea más asistida así que la notaremos mucho más blanda.

A esto hay que añadir otras diferencias como, por ejemplo, cambios más rápidos en los coches automáticos para circular a bajas revoluciones o una respuesta distinta por parte de la climatización: el botón ECO reducirá su caudal para que el motor tenga que esforzarse menos.

Modo ECO | Hyundai

La cruz

Todo esto se traduce en un ahorro de hasta el 20%, pero esta alteración en el comportamiento del vehículo puede anular lo conseguido porque abusar del modo ECO puede tener consecuencias negativas para un motor diésel: en el caso de los coches de gasolina las probabilidades de sufrir una avería son mínimas.

Como explicábamos hace un momento, este modo de conducción se caracteriza por ofrecer una conducción más calmada y, para ello, reduce las revoluciones del motor: algo que juega en contra de los sistemas anticontaminación (válvula EGR y filtro de partículas) con los que están equipados los motores diésel para controlar y minimizar sus niveles de emisiones.

Conductor | Pixabay

Circular a bajas revoluciones de forma constante puede ser letal para un coche diésel porque se crea el escenario perfecto para acumular de carbonilla y residuos en la válvula EGR. En el peor de los casos podría llegar a taponarla… dando pie a una avería.

En el caso del filtro de partículas, el problema reside en su regeneración: para llevarla a cabo tiene que alcanzar, aproximadamente, los 600 grados… y con un régimen de bajas revoluciones es complicado llegar a ese nivel. Aunque cuenta con su propio sistema para poder hacer estas regeneraciones, también a bajas revoluciones, conviene no exceder a la hora de pulsar el botón ECO del coche.