CUIDADO CON ESTOS SÍNTOMAS

Estos son los principales signos de debilidad de un motor térmico: cómo avisa antes de romperse

Sonidos, vibraciones, colores u olores que pueden indicar una avería grave e incluso la inminente "muerte" del propulsor. Con el debido mantenimiento, son poco habituales.

En la vida útil de un coche, detectar a tiempo los signos de debilidad en su propulsor puede marcar la gran diferencia entre una simple reparación y una avería catastrófica. Sonidos metálicos, vibraciones excesivas, humo del escape de color azulado, olores a quemado y pérdida de potencia son algunos de los indicios que pueden alertar sobre problemas muy serios bajo el capó.

En caso de no abordarse con presteza, algo que no suele ser necesario con el correcto (y debido) mantenimiento, esta serie de señales pueden llevar a costosas operaciones e incluso, en el peor de los casos, a la necesidad de reemplazar el motor por completo. Esto no siempre merece la pena en automóviles con cierta antigüedad y uso, ya que su valor residual puede ser inferior al coste de un impulsor nuevo.

Avería del coche | Pixabay

Uno de los signos de debilidad más habituales es el ruido férreo proveniente del motor, que puede anunciar un desgaste excesivo en algunos componentes, como por ejemplo los cojinetes de las bielas. Si no se actúa muy rápido, se podría provocar un fallo grave en la lubricación. Esto se acabaría traduciendo en un calentamiento excesivo y en la fusión de algunas piezas metálicas por la temperatura producida durante su fricción.

Otro indicador de que el impulsor puede romperse son las vibraciones excesivas que derivan de problemas con los pistones y, sobre todo, con el cigüeñal. Estas anomalías, además, pueden afectar a otros elementos del vehículo, como la transmisión. Por lo general, los desequilibrios en un motor significan, al cabo de un breve lapso, daños difícilmente restaurables sin pagar mucho dinero.

También tenemos que estar atentos a otros sentidos como la vista y el olfato. En caso de percibir por los retrovisores un humo blanco, pero azulado, que emana del tubo de escape, debemos acudir a nuestro taller para que los mecánicos revisen porqué se está produciendo una quema de aceite durante la combustión. El problema suele estar en el turbocompresor, en los segmentos de los pistones o en los sellos de válvula.

Avería en el coche | Centímetros Cúbicos

Muchas veces, este y otros tipos de humo vienen acompañados de olor a quemado, lo cual revela, casi siempre, sobrecalentamientos o deterioros sobre el sistema eléctrico. Algo tan simple como levantar el capó de vez en cuando y comprobar que el nivel de líquido refrigerante es el adecuado supone una acción clave para anticiparse a posibles y carísimas averías.

Por último, mucho cuidado con las pérdidas de potencia, tanto si son paulatinas como si son repentinas. Estas suelen significar problemas en los cilindros y/o en la culata, así como en el sistema de inyección o de encendido. Mezclas de combustible incorrectas o deficiencias en la estanqueidad se acaban traduciendo en desgastes nada deseables, por no hablar de lo peligroso que es perder rendimiento en algunas situaciones.