HABRÁ UNOS LÍMITES
Aparcar es un privilegio para los coches con etiqueta CERO, pero la norma que tiene en cuenta el peso del vehículo podría llegar muy pronto a España.
Son muchos los que respiran tranquilos por contar con la etiqueta CERO sobre el parabrisas de su coche, distintivo que permite a sus poseedores disfrutar de numerosas ventajas fiscales. Sin embargo, estas podrían verse mermadas si el escenario que muy pronto se va vivir en Francia llegase a España, mediante el cual se pagará más o menos aparcamiento en función de lo que pese tu coche y no de lo que contamine.
Y es ahí donde empiezan los problemas para los vehículos 100% eléctricos, los cuales pecan de ser sumamente pesado. Aunque bien es cierto que la aplicación de esta medida en España podría cambiar, de momento en Francia también penalizarán económicamente a los coches eléctricos que superen los 2.200 kilos.
De momento, será en la ciudad de Lyon donde entre en vigor esta medida en 2024, estando, a su vez, el ayuntamiento de París debatiendo sobre su aplicación en el suelo de la capital gala. Así, los coches más ligeros pasarán a tener varios beneficios a la hora de estacionar en zonas reguladas, mientras que los más pesados tendrán que afrontar un pago más elevado.
Concretamente, esta medida afectará en Lyon a todo vehículo de combustión interna que supere los 1.800 kilos, a los PHEV que superen los 1.900 kilos y a los ya mencionados eléctricos de más de 2.200 kilos. De esta manera, los residentes afrontarán un pago de 45 euros mensuales, mientras que aquellas familias numerosas recibirán una bonificación.
No obstante, no debemos olvidar que Francia ya tiene en cuenta el peso de los vehículos a la hora de venderlos en su territorio. Y es que los vehículos gasolina y diésel que superan los 1.800 kilos conllevan un impuesto de matriculación adicional calculado en función de su peso.
Sea como fuere, lo que está claro es que esta medida terminará haciendo mella en unos fabricantes que, de momento, no están demasiado preocupados por el peso que están adquiriendo sus vehículos. Y aunque bien es cierto que en esta materia los más desfavorecidos son los eléctricos superando holgadamente las dos toneladas, los coches de combustión han engordado considerablemente con el paso de los años.