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La Unión Europea obliga, desde el pasado 12 de octubre, a mostrar en los surtidores una nueva denominación para los combustibles con los que alimentamos nuestros coches. No es una sustitución completa de lo que conocíamos hasta ahora (gasolina 95, gasolina 98 y diésel), puesto que los nombres de toda la vida no desaparecerán -de momento- para no causar confusión a los clientes más despistados.

Simplemente, ahora es obligatorio que aparezcan las denominaciones E5 y E10 para la gasolina convencional, y B7 y B10 para el diésel. ¿Pero qué es este diésel? ¿Por qué se llaman así? ¿Cuál debo repostar?

Con la nueva normativa, se quiere mostrar más explícitamente la composición del combustible que estamos repostando. Así las cosas, los “nuevos” diésel B7 y B10 indican, en una etiqueta cuadrada, el porcentaje de biodiesel presente en la disolución que sale por la boca de la manguera.

Efectivamente, no todo el diésel que repostamos es gasóleo puro. El diésel B7 contiene un 7% de biodiesel en su composición, y el B10 está compuesto por un 90% de gasóleo derivado del petróleo y un 10% de biodiesel.

¿Y qué es el biodiésel? El biodiesel es el resultado de mezclar, en distintas proporciones, gasóleo derivado del crudo con aceites de origen (mayoritariamente) vegetal. Gracias a esta sustitución parcial del gasóleo, se intenta reducir la dependencia del petróleo -con lo que ello conlleva-.

A pesar de sus aparentes ventajas, el biodiesel lleva también tras de sí la sombra de la deforestación en masa, la sustitución de cultivos de alimentos por plantas único cuyo fin es generar este compuesto y graves desequilibrios en el ecosistema.

Aun así, desde hace un tiempo es obligatorio por ley que el diésel comercial incorpore un porcentaje mínimo de estos aceites para acabar resultado en biodiesel. Y es que, hasta cierta proporción, los motores diésel pueden funcionar sin problemas sin hacer ninguna modificación.

Entonces, ¿qué diésel tengo que repostar? ¿B7 o B10? No hay motivo para la preocupación: estos nuevos nombres no son otra cosa que una mera denominación comercial, ya que con el B7 el producto que repostemos será el mismo que hasta ahora. Solamente el B10 difiere un poco, y aunque no debería causar problemas en el funcionamiento de un motor diésel convencional, será la opción menos habitual en los surtidores.

De hecho, si nos fijamos en la composición del diésel de las dos distribuidoras nacionales más importantes en España, ambas emplean B7 en todos sus gasóleos (el estándar y el más caro).

En cualquier caso, y ante la duda, si tienes un coche nuevo bastará mirar la tapa del depósito: ahí encontrarás la recomendación del fabricante sobre el combustible a repostar, actualizado con la nueva denominación

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