TODO AL DESGUACE
Desde la UE se plantean realizar un cambio normativo relativo a las motos con el objetivo de cumplir sus ambiciosos planes ecológicos y, más concretamente, sobre el tratamiento de estos vehículos una vez concluida su vida útil.
Es una imagen tan dolorosa como común de ver, tanto en el campo como en la ciudad: antiguas motos oxidándose a la intemperie abandonadas a su suerte. Una situación inimaginable en el caso de los automóviles. Encontrar un coche pudriéndose al sol es mucho más extraño. Esto se debe a que los vehículos de cuatro ruedas cuentan con una legislación controla de manera más estricta el final de su vida operativa.
La Unión Europea mantiene la obligación a sus países miembros de tener una serie de leyes en cuanto al tratamiento de vehículos y el reciclaje. En España, esto queda plasmado en el real decreto 265/2021. Sin embargo, mientras que en nuestro país la baja de un automóvil significa su destrucción, en otros puntos de la UE no es así. Es por este motivo que desde Bruselas están buscando la manera de unificar los criterios para eliminar posibles distorsiones.
Con esta nueva legislación, la Unión Europea pretende obligar al propietario a achatarrar su moto en un desguace al ser consideradas estas como residuos potencialmente peligrosos. De este modo, existirá un procedimiento unificado en todo el territorio una vez concluya el periodo útil de estos vehículos de dos ruedas, al igual que ocurre con los coches.
Una vez aprobada esta nueva ley, ocurrirá exactamente los mismo que con los automóviles, es decir, deberán ser llevadas a instalaciones de tratamiento autorizadas o CATV (Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos). El objetivo a conseguir desde Bruselas está muy claro: pasar del 85% de coches desguazados actual, a un 100% en los próximos cinco años.
La medida buscará también tener un mayor control sobre metales pesados como es el caso del plomo, el cadmio o el mercurio, además de los líquidos contaminantes que pueda desechar una moto abandonada. Por lo tanto, también se pondrá fin a la imagen de motocicletas abandonadas en un vertedero o a la vieja 'compañera de aventuras' del abuelo cogiendo polvo en el garaje. Cualquier persona que quiera conservar su vehículo de dos ruedas deberá solicitar la consideración de vehículo clásico.
El ecológico no es el único motivo, aunque sí el principal. Gracias a esta nueva normativa, se pondrá fin al mercado negro de recambio de segunda mano. Esta venta ya estaba expresamente prohibida en nuestro país desde enero de 2017 mediante un real decreto, el cual restringe esta actividad por parte de los desguaces.
El problema es que el mencionado Real Decreto 20 de enero de 2017 no hablaba específicamente de vehículos de dos ruedas, abriendo la posibilidad de una trampa legal. Los utilitarios afectados por esta legislación eran los de categoría M1 (vehículos para el transporte de personas que cuentan con nueve plazas, incluida la del conductor), N1 (vehículos para el transporte de mercancías con una masa máxima que no supere las 3,5 toneladas) y L5e (vehículos de tres ruedas).
Con la entrada en vigor de esta nueva ley se solventará este error y, con ello, se podrá también fin a la publicidad de venta de repuestos y el comercio de piezas de segunda mano a quienes no sean profesionales del sector, es decir, los talleres autorizados. Aunque esto, a priori, podría verse como un encarecimiento de las piezas en caso de querer una sustitución de las mismas. No obstante, se trata de un hecho a celebrar, puesto que las piezas que se vayan a vender tendrán la calidad necesaria para permitir circular a tu vehículo en las mejores condiciones. Por fin las motos tendrán la consideración legal que tienen los coches.