ES UNA ALTERNATIVA AL COCHE ELÉCTRICO
La empresa AVL acaba de presentar a su motor de cuatro cilindros de hidrógeno, un proyecto que promete ser la alternativa al coche eléctrico.
Son muchos los que temen a que llegue el día en el que el coche eléctrico se imponga, erradicando así otras opciones a las que hemos tenido acceso hasta el día de hoy. Sin embargo, y por fortuna de muchos, existen empresas como AVL, la cual es la encargada de dar vida a lo que hoy nos ocupa: un motor de cuatro cilindros de combustión… animado por hidrógeno.
Y aunque bien es cierto que muchas firmas están apostando por las pilas de combustible, existen otras que abogan por motores tradicionales en los que la fuente de energía es el hidrógeno. Con esto no solo se consigue un resultado más limpio, sino también contar con un motor de combustión tradicional en los que su sustento es diferente, pero más sencillo que recurrir a la electricidad.
Sí, es cierto que repostar hidrógeno en países como España suena casi a utopía a día de hoy, pero a medida que entren en juego alternativas como la que propone AVL nos encontraremos con un avance en las estaciones. Sea como fuere, este cuatro cilindros que hoy nos incumbe es cuanto menos esperanzador.
Estamos hablando de un propulsor de cuatro cilindros y 2.0 litros que se encuentra en la tesitura de producir 405 CV y 500 Nm de par. Cifras que se entregan a 6.500 revoluciones y entre 3.000 y 4.000 revoluciones respectivamente, aunque lo verdaderamente impresionante de este motor es que declara 203 CV por litro, es decir, más que la relación que declara un Bugatti Chiron -185 CV por litro-.
Pero, ¿cómo funciona este motor? A efectos prácticos nos encontramos con un propulsor de combustión tradicional, pero adaptado para que lo que corra por sus venas no sea gasolina, sino hidrógeno. Además, la gente de AVL ha ido un paso más lejos que otras compañías y ha instalado un sistema de inyección de agua para asegurar su durabilidad.
Sin embargo, es pronto para ver este tipo de mecánicas en un coche de producción, puesto que, de momento, se están aplicando en el mundo de la competición. Pero ello no es síntoma de que nunca se aplique sobre un coche de calle, especialmente si tenemos en cuenta la cantidad de sinergias que existen entre vehículos convencionales y los de carrera propiamente dicho, además de la cantidad de marcas que están invirtiendo en este tipo de mecánicas.