NO AFECTARÁ A TODOS LOS VEHÍCULOS
La subida del carburante es algo que afecta y preocupa a todos los conductores, y Europa propone crear un nuevo impuesto, aunque no afectaría a todos los vehículos.
El año 2022 está siendo protagonizado, además por otros conflictos, por una subida histórica del carburante. Hasta la intervención del Gobierno hemos visto precios inauditos tanto en el diésel como en la gasolina, pero Europa ha propuesto crear otro impuesto más para el combustible, aunque este no afectaría a todos los vehículos.
Para ponernos en antecedentes debemos mencionar a lo que se ha bautizado como programa “Fit for 55”, con el que se pretende, como mínimo, ahorrar el 55% de las emisiones netas de dióxido de carbono (CO29 para 2030.
Esto ha derivado, por ejemplo, en la prohibición de comercializar motores de combustión interna a partir de 2035, y en la propuesta de un nuevo impuesto. Pero tras una larga negociación, el Parlamento Europeo decidió que el nuevo impuesto al CO2 no afectaría a los conductores particulares, pero la cosa cambiaría para las empresas.
Y es que la llegada de este impuesto, también ideado para que afecte a las calefacciones, derivará en precios más elevados en las estaciones de servicio. Aún no se ha determinado cuán elevado sería este incremento, pero fijándonos en las propuestas de la Comisión y del Parlamento de la Unión Europea se estima que estará comprendido entre los 10 y 20 céntimos por litro.
A su vez, es necesario aclarar que aquellos Estados miembro que no quieran aplicar esta desigualdad entre particulares y empresas se les daría la opción de poder aplicar este nuevo impuesto a todos los ciudadanos.
De aprobarse este impuesto, podríamos encontrarnos con un escenario complejo. Primero porque se aplicarían precios diferentes para particulares y empresas, y segundo porque puede derivar en acciones fraudulentas que busquen evitar pagar el sobrecargo que implicaría este impuesto.
En la actualidad, varios miembros del Parlamento de la UE se muestran escépticos sobre si se terminará convirtiendo en ley. Sea como fuere, de momento el proyecto ha sido aprobado por la Comisión de Medio Ambiente, pero será en el próximo pleno del Parlamento Europeo cuando se vote sobre este nuevo impuesto, y el cual tendrá lugar en junio.
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