SÓLO SE FABRICARON 349 UNIDADES
El modelo se desarrolló para celebrar el 50 aniversario de la marca italiana. En esencia, se trata de un Fórmula 1 con dos asientos y apto para circular en vías públicas.
Era junio de 1997 cuando una estrella del rock británico adquirió, como primer dueño, uno de los modelos más exclusivos de la historia de Ferrari. Se trataba de Rod Stewart y de un F50 Targa, respectivamente. Hace poco, una empresa de subastas de coches de alta gama llamada Collecting Cars ha adjudicado esa unidad a su séptimo propietario por un precio sencillamente espectacular: 3.360.000 euros. ¡Son 7,5 veces más de lo que costaba cuando era nuevo! Eso sí, incluye una sorpresa para los fans de la leyenda.
Del F50 se fabricaron muy pocos ejemplares: un total de 349. Todos llevaban instalado un motor V12 de gasolina y atmosférico que contaba con 4,7 litros de cilindrada y 520 CV de potencia máxima. Ese propulsor se colocaba longitudinalmente entre la cabina (biplaza) y el eje trasero, optimizando el reparto de pesos para una masa en orden de marcha de 1,5 toneladas. A él se acoplaba una transmisión manual de 6 velocidades que mandaba toda la fuerza a las ruedas posteriores. Además de un comportamiento dinámico muy cercano al de un Fórmula 1, sus prestaciones también se aproximaban, pues pasaba de 0 a 100 km/h en 3,85 segundos y alcanzaba 325 km/h. ¡Una salvajada!
Lo más curioso del Ferrari que compró Stewart es que, casi tres décadas más tarde, ha recorrido menos de 18.000 kilómetros y se encuentra en su estado original, a pesar de haber sufrido una serie de cambios entre 2002 y 2007, lapso durante el cual estuvo en Oriente Medio. Cuando el F50 regresó a Inglaterra, se restauró y recibió el certificado Classiche. Conserva toda su esencia, incluidas las botas de la marca italiana que Rod usaba cada vez que se ponía a los mandos de una máquina tan exigente al tiempo que elegante (su diseño, uno de los más laureados de la industria, es obra de Pininfarina).
Rojo por fuera y negro por dentro, este F50 descapotable presentado en el 95, fabricado en el 96 y matriculado en el 97, dispone de llantas de 18 pulgadas en ambos ejes, neumáticos con hasta 335 mm de anchura, así como discos de freno perforados de alto rendimiento y unos amortiguadores adaptativos desarrollados ad-hoc. El hecho de que sirviese para celebrar el 50 aniversario de Ferrari y de que, adicionalmente, haya pertenecido a un icono de la música mundial, lo convierte en una joya única con la que se especulará.