PARA MEJORAR TU CONDUCCIÓN

Flip gas, la técnica de conducción de los motoristas que también puedes aplicar en tu coche

Conducir un vehículo a motor no tiene porqué ser una tarea especialmente complicada. Hacerlo con arreglo a las normas y de manera segura y tranquila puede resultar algo más complicado, aunque existen algunos trucos de conducción que pueden ayudarte a mejorar tu habilidad tras el volante.

Nuestros vehículos, nuestros coches y motos, son máquinas que, desde el punto de vista de la ingeniería, sólo pueden calificarse de brillantes. Su capacidad para transportarnos de un lugar a otro en medio de un ambiente cómodo y seguro es algo digno de admirar, y la cada vez mayor presencia de la electrónica y de los sistemas de asistencia a la conducción hacen que circular con ellos sea más sencillo y fácil que nunca.

De cualquier manera, "la última palabra" a la hora de circular la siguen teniendo, en la actualidad, las personas que se sientan tras el volante o lo que es lo mismo, los conductores. Por muchos sistemas de seguridad y de mejora de la conducción que tengan nuestros coches, si los conductores toman una decisión, tienen la última palabra.

Motociclista | GETTY

Los coches, especialmente los más modernos, cuentan con multitud de sistemas destinados a mejorar nuestra experiencia de conducción: desde diferentes modos de funcionamiento hasta complejísimos sistemas de seguridad capaces de actuar por sí solos para asistirnos en una situación extrema, mejorando así nuestro día a día a bordo. Sin embargo, nunca está de más dominar ciertas técnicas de conducción con las que mejorar nuestra pericia al volante y reducir el desgaste de nuestros vehículos. 

Flip gas, o cómo cambiar de marcha con total suavidad

La técnica del falso doble embrague, también conocida con otras nomenclaturas populares como "Flip flip" o "Flip gas" está muy extendida entre los moteros, especialmente entre aquellos que utilizan motos con transmisión manual. Con ella se consiguen reducciones de marcha mucho más suaves, sin tirones y sin que la rueda trasera (la que se encarga de la tracción) tenga riesgo de bloqueo, que en una motocicleta es especialmente peligroso por las posibilidades de caída.

Conducir un coche | Pixabay

Esta técnica también es bienvenida en los coches, donde se consigue un resultado muy similar en términos de confort y suavidad. Además, permite que la cadena cinemática del vehículo (caja de cambios, embrague, transmisiones...) sufra mucho menos durante las reducciones de marcha. Su funcionamiento ya se hace patente, por ejemplo, en los cambios automáticos actuales, capaces de igualar las revoluciones del motor cuando se engrana una marcha inferior (por ejemplo, al pasar de 3ª a 2ª).

El truco es relativamente sencillo: se trata de dar un "golpe de acelerador" durante el paso de una marcha superior a una marcha inferior, justo cuando el pedal del embrague está pisado y, por tanto, no se transmite la fuerza del motor a las ruedas. Pese a que se trata de una maniobra que lleva cierto tiempo asimilar, su puesta en práctica hace que la conducción sea mucho más cómoda y placentera. ¿Tú ya la has probado?