Elfyn Evans recorrió parte de los 60 kilómetros del entramado de túneles.
A 400 metros por debajo de la tierra, entre túneles y a toda velocidad. Ese ha sido el reto que ha propuesto Ford a uno de los pilotos del equipo M-Sport en el WRC.
El compacto deportivo siempre ha estado relacionado con el disfrute en carretera, cuanto más tortuosa y de montaña mejor, sin embargo, Ford ha decidido ir un paso más allá para demostrar las capacidades de su nuevo Fiesta ST. El vehículo se ha enfrentado quizás a uno de los retos más duros desde su lanzamiento, recorrer una mina de sal a 400 metros de la superficie. Para ello, era necesario contar con un piloto acostumbrado a los retos y a pilotar un modelo similar en recorridos complicados que no dejen lugar al error.
Es por ello que, el fabricante estadounidense le ha confiado esta acción promocional a uno de los pilotos de M-Sport en el Mundial de Rallies, el galés, Elfyn Evans, el cual creció y se apasionó por esta disciplina cuando veía a su padre, Gwyndaf Evans, competir en los siempre tortuosos tramos de las islas británicas. El galés ha aceptado el reto de ponerse al volante del nuevo Ford Fiesta ST con motor EcoBoost de 1.5 litros durante los tres días que duró la grabación en una mina secreta compuesta por hasta 60 kilómetros de un entramado de túneles y galerías en los que la temperatura siempre se mantiene estable, a unos 16°C.
¿Qué le ha parecido a Evans la experiencia? Como buen piloto de rallies está acostumbrado a rodar en tramos estrechos y superficies muy deslizantes, destacando que la sal actuaba como una arena muy fina y esto hacía que los neumáticos de carretera derrapasen mucho en estas condiciones. Toda una demostración de resistencia y agilidad que demuestra una vez más que las capacidades del pequeño deportivo norteamericano están listas para cualquier reto.