REUNIÓN APLAZADA POR LA DANA
El gobierno negocia con los fabricantes de automóviles para impulsar un nuevo plan de ayudas para impulsar al coche eléctrico. El actual Plan Moves III vence el 31 de diciembre.
Los fabricantes de automóviles (en connivencia con los concesionarios) negocian 'in extremis' con el Gobierno de Pedro Sánchez un nuevo plan de ayudas al coche eléctrico que incentive la demanda ante el entorno europeo de desaceleración alrededor de la nueva movilidad.
Fuentes del mercado han informado de que este próximo jueves el Ejecutivo y el sector tenían previsto sentarse a negociar el nuevo esquema de ayudas para 2025, aunque la cita se ha pospuesto "unos días" a raíz de la emergencia provocada por la DANA en el Este y Sur del país, que ha obligado a Moncloa a reconfigurar toda su agenda de cara a los próximos días.
"Lo más urgente es atajar el impulso de la demanda y la infraestructura de recarga", admiten estas fuentes, que hablan de urgencia a la hora de negociar el sistema de incentivos a la compra del vehículo eléctrico, introduciendo las ayudas directas. "El esquema actual es insostenible", denuncian, para añadir que todas las partes deben trabajar en un sistema mejor.
El Plan Moves III de ayuda a la compra del coche eléctrico está vigente hasta el próximo 31 de diciembre en el marco de un paquete de incentivos que alcanza ya los 1.500 millones de euros, según recuerdan desde Moncloa.
La hoja de ruta aprobada en abril de 2021 contó en un principio con una dotación de 400 millones de euros a cargo de los fondos europeos, una cantidad que alcanzó un máximo de 1.200 millones en noviembre de 2022, según los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
Actualmente, las ayudas pueden alcanzar los 7.000 euros por usuario, aunque muchos se quejan de la lentitud con la que llegan las subvenciones.
El sector también dice estar pendiente de lo que sucede en el resto de países europeos. Hace unas horas, medios italianos consultados informaban de que el Ejecutivo de Giorgia Meloni planea transferir cerca de 4.600 millones de euros que estaban originalmente destinados a la industria automovilística del país transalpino al sector de la defensa.
Ahora se espera que la producción de automóviles y furgonetas en Italia caiga a menos de 500.000 unidades este año, desde alrededor de 750.000 en 2023, según estimaciones de los sindicatos.
El Gobierno de Roma ha chocado repetidamente con Stellantis por las medidas para trasladar la producción a países con menores costes, a medida que la demanda de vehículos eléctricos va a la baja en Europa.