Aunque su nombre parece que indica lo contrario, la época en la que más se desgasta el líquido anticongelante es en los meses de más calor. La razón es simple: es el encargado de mantener la temperatura óptima del motor y para ello recorre un circuito en el que está el radiador, el termostato, la bomba de agua, la botella de expansión… A la hora de cambiarlo te encontrarás con una gran variedad de líquidos: ¿cómo debe ser el anticongelante de tu coche?
Se mezcla con agua destilada y está compuesto por químicos que reducen el punto de solidificación y su misión es refrigerar la mecánica, pero también impedir la corrosión de los componentes que participan en este proceso y que suelen estar formados por metales incompatibles electroquímicamente. Para ello, se añade al circuito de refrigeración de los motores térmicos para que puedan funcionar a elevadas temperaturas.
Cómo debe ser el líquido anticongelante
El líquido anticongelante es un elemento de larga duración, pero pierde sus propiedades con el uso del coche. Tal y como explica SPG Talleres, hay que cambiarlo cuando hayamos recorrido entre 40.000 y 50.000 kilómetros o después de dos años de uso para no reducir la vida útil del motor. Llegado este momento: ¿cómo debe ser anticongelante que compres para tu coche? Apunta:
¿Orgánico o inorgánico?
En este sentido, hay dos tipos de líquido anticongelante: orgánico e inorgánico. Son muchos los conductores los que se decantan por el primero porque dura más, cuenta con aditivos que protegen de una forma más efectiva materiales como plásticos o aluminios, no contienen nitratos ni silicatos ni fosfatos y generan muchos menos depósitos sólidos. Y, sobre todo, no mezcles ambos tipos porque la reacción podría provocar espuma y la formación de burbujas que pueden deteriorar el motor y sus conductos.