Los neumáticos son uno de los elementos más importantes para nuestra seguridad.
Los neumáticos son el único elemento que une nuestro coche a la carretera. Por eso, conocer su estado y sus características es vital para que nuestra seguridad a bordo no se vea comprometida.
Piénsalo. Tu coche esté equipado con las últimas y más avanzadas tecnologías de seguridad: sistemas de frenado autónomo de emergencia, avisadores de ángulo muerto, cámaras por todas partes, lectores de señales, controles de velocidad de lo más avanzado, sistemas de iluminación inteligentes capaz de ofrecer la máxima potencia sin deslumbrar al resto de usuarios de la vía...
Bien. Todo eso está muy bien...pero no te va a servir de nada si tu coche no está calzado con unos buenos neumáticos, unos neumáticos de calidad, en buen estado y adecuados para las características de tu coche. Al fin y al cabo, los neumáticos son los únicos elementos que unen el vehículo a la carretera, 4 "trozos de goma" que, si los descuidamos, pueden darnos como mínimo un buen susto.
Tómate tu tiempo para conocer a fondo las características de los neumáticos de tu coche. Es un consejo que desde aquí queremos darte para que circules con total seguridad. Fíjate en el dibujo regularmente: su desgaste ha de ser uniforme. Por supuesto, la presión de inflado es básica: no confíes sólo en el avisador de presión de tu coche y revisa la presión de los neumáticos cada 15 días.
Revisar los flancos de los neumáticos siempre es una buena idea. Su desgaste no tiene que ser acusado, ni, por supuesto, contar con ningún tipo de bulto o imperfección a consecuencia de un bordillazo o un llantazo. Montar el neumático adecuado también es una apuesta por la seguridad. Si tu coche es un deportivo con el que sueles salir a conducir por tu carretera revirada favorita, no es conveniente que montes en tu coche neumáticos de baja resistencia a la rodadura.
Antes de sustituir tus neumáticos, asegúrate de que cumple todas las características que tu coche necesita, como el índice de carga o el índice de velocidad máxima. Si alguno de los dos no cumplen con lo que el vehículo necesita corres el riesgo de sufrir un accidente o de, como mínimo, no pasar la ITV.