Imagina que tienes el suficiente dinero para comprarte un coche destartalado y
someterlo a todo tipo de torturas en un circuito. ¿Ya? Pues todo lo que has pensado se quedará corto si lo comparamos con las pruebas a las que los fabricantes someten cada una de las partes de sus nuevos modelos antes de que estos
lleguen a pisar la calle como versión final para su producción y venta en concesionarios. Recabar datos, poner al límite las piezas, romper cosas, rediseñar, volver a probar… todo es un proceso cíclico que no encuentra su final hasta que prácticamente el resultado es inmejorable. Aunque en plena era de la tecnología se ha convertido en habitual ver a los modelos rodar en circuitos como
Nordschleife o en vías publicas
cargados de aparatosas decoraciones de camuflaje, gran parte de este proceso de prueba se lleva a cabo en sitios muy oscuros, alejados de miradas indiscretas, concretamente en las entrañas de los centros de desarrollo de cada una de las marcas.
BMW se ha convertido por méritos propios en
uno de los fabricantes más prestigiosos de la industria del automóvil. Presumiendo no sólo de prestaciones, sino de tecnología y fiabilidad, los bávaros, como buenos alemanes, no dejan lugar a la improvisación tal y como demuestran durante años los duros test y prueba de calidad que se realizan a sus coches antes de pisar la calle. Eso es algo que queda demostrado con sólo echar un vistazo a los vídeos publicados por la propia marca muniquesa. En ellos podemos
ver los intensos trabajos de pruebas a los que son sometidas las suspensiones de sus vehículos durante días, prácticamente semanas, hasta haber simulado cientos de miles de kilómetros y un maltrato a los vehículos que difícilmente lograremos replicar en nuestro día a día. Tanto
la generación E39 del BMW M5 como su heredero,
el E60, han pasado por el particular potro de tortura al que somete la marca a sus vehículos. Entre ambos casi una década de desarrollo y evolución técnica, pero la misma premisa:
probar hasta la extenuación hasta estar seguros de que el resultado satisfará a los clientes. ¿Quieres verlo? No te pierdas ninguno de los dos vídeos, en el segundo de ellos, podréis comprobar cómo trabaja en conjunto la suspensión y el chasis de un vehículo que se encuentra simulando rodar en un circuito a más de 200 km/h.