Durante años hemos visto multitud de videos y excentricidades salidas del Imperio ruso. Algunas difíciles de creer si no se cuenta con la inestimable ayuda de las
‘Dash cams’ o cámaras OnBoard que los conductores utilizan para evitar estafas u otros problemas relacionados con el tráfico. Sin embargo,
Rusia también ha sido la cuna de algunos de los mayores ingenios mecánicos, muchos de ellos utilizando los pocos recursos que se tienen al alcance de la mano para dar a luz a algunas obras maestras de la ingeniería. Es el caso que nos ocupa hoy, protagonizado por el especialista de cine,
Genadiy Kocherga y su hijo Sergei, ambos con un gran talento a la hora de construir chatarra en verdaderas piezas de arte. Algo así se puede decir que han hecho con este Lada 110, el cual han convertido en
una variante rusa de Optimus Prime, el
Autobot encargado de defender el mundo de la invasión alienígena. Apodado cariñosamente como
'Optimus Primov', nos encontramos con que el pequeño y destartalado Lada pasa de su modo camuflado, en el que parece un automóvil totalmente corriente, para
convertirse en un gigante Transformer de cuatro metros de altura sin perder su movilidad. No sólo eso, sino que también se encuentra preparado para la batalla, con dos cañones retractiles que se ocultan detrás de las ruedas delanteras, mientras que del capó surge la cabeza del robot. Lo mejor de todo ello, es que la familia Kocherga promete realizar dos nuevas versiones con el mismo tipo de mecánica. La inspiración de estos dos hombres oriundos de Oriol, una ciudad situada a 350 kilómetros de la capital, procede de
un juguete oficial de Transformers que se compró en un viaje a Singapur. Ahora, la pregunta que nos queda es qué ocurriría si Genadiy y Sergey contaran con medios más sofisticados para fabricar sus robots inspirados en la saga de ciencia ficción. Incluso
una impresora 3D de grandes dimensiones podría arrojar resultados espectaculares.