Un pasito más allá.
Las últimas Gymkhanas de Ken Block se habían desarrollado prácticamente en su totalidad en un entorno urbano, desde las calles de San Francisco o de los Los Ángeles, hasta las de Dubái y Londres. El piloto norteamericano ha decidido ir un poco más lejos, concretamente al escenario en el que se disputa la subida de montaña más famosa del planeta.
Ken Block se ha encontrado con Pikes Peak. Y lo ha hecho con todas sus consecuencias. El estadounidense ha pasado
por todos y cada uno de los puntos clave de la carrera del Colorado, desde el primero, su meta volante en la que se da la salida lanzada a la carrera, hasta la cumbre, a 4.302,31 metros de altura, números que precisamente vienen como anillo al dedo a Block, cuyo dorsal ha sido históricamente el 43. Para afrontar el desafío de la Carrera hacia las nubes no podía ir poco preparado. El Hoonicorn,
Ford Mustang de 1965 que Ken Block decidió comprar y desarrollar por encargo para dar a luz un vehículo híbrido con la imagen de un Muscle Car, la potencia de un coche de la NASCAR y la tecnología y capacidad de tracción de un coche de rallycross, tenía una nueva evolución. Con dos nuevos turbos y alimentado en esta ocasión por metanol, el denominado como
Hoonicorn V2 estaba listo para afrontarse a la falta de oxígeno de Pikes Peak. Como resultado de esta espectacular Climbkhana, tenemos nueve minutos de
largos derrapes gracias a los 1.400 CV de potencia y tracción total del ‘coche de los sueños’ de Ken Block. Todo ello mezclado con algún que otro elemento propios de las gymkhanas y algo de humor, incluido la visita a la tienda de regalos que se encuentra en el bar que hay en la cumbre. Llegar a
territorio Ari Vatanen no podía quedar sin homenaje al finlandés. De nuevo el sol del amanecer, de nuevo la mano derecha, todo un tributo a uno de los vídeos sobre automovilismo, más especiales para todos los aficionados.