En alguna ocasión habréis llegado a un semáforo con las ventanillas bajadas y habréis podido apreciar lo mucho que chirrían vuestros frenos.
Más de uno se habrá preocupado al escuchar ese molesto sonido que realiza en los últimos metros antes de detenerse por completo e, incluso, se habrá sentido centro de las miradas cuando se encuentra circulando en algún núcleo urbano en el que ese sonido se ve rebotado por los edificios e incluso parece todavía más desquiciante. Sin embargo, la pregunta más importante es la de: ¿ese sonido es fruto de una avería en mi sistema de frenos? Tal y como explica Porsche en su último vídeo, no tiene por qué ser así. En el caso de no apreciar
ningún tipo de déficit de potencia de frenado, puede indicarnos que estamos frente a otro motivo para que se produzca este chirrido tan desagradable que nos puede acompañar en nuestra conducción diaria. Según el fabricante germano, este sonido puede estar relacionado con la temperatura ambiente, la humedad o la propia corrosión que se produce en los discos de frenos. En este caso,
Porsche explica que este chillido puede deberse a numerosos factores y que básicamente se produce debido a que, a la hora de accionar los frenos, además de la fricción entre el disco y las pastillas responsable de la frenada, también se producen unas pequeñas vibraciones, las cuales, al alcanzar
ciertos valores de frecuencia emiten este tipo de sonido, llegando al exterior amplificado por el propio disco. Insistimos en que, si no se produce una reducción en las prestaciones del sistema, estamos ante un inconveniente más ligado al confort que a la propia seguridad del vehículo.