EN LA CALZADA
Los operarios que trabajan en las autopistas también corren un grave peligro de ser atropellados.
Más allá de la polémica servida por los peajes en las autovías, nos encontramos con la luz V16. Un dispositivo destinado a acabar con los triángulos de emergencia en pro de ofrecer una mayor seguridad y evitar atropellos en autopistas y autovías. Sin embargo, el colectivo de operarios que trabajan en la calzada y que no tienen el amparo de este elemento de seguridad.
Bien es cierto que, lógicamente, cuentan con carteles luminosos, señales y diferentes objetos con el fin de advertir a los conductores de su presencia con bastante antelación. Sin embargo, en esta época del año nos encontramos con numerosas obras en las carreteras, cortes de carriles y demás acciones que tienen el propósito de mejorar el pavimento de nuestras autopistas.
De esta manera, y teniendo en cuenta el mayor tránsito de vehículos que se produce en agosto, es necesario extremar aún más las precauciones. Así lo recalca la Dirección General de Tráfico en sus redes sociales, haciendo hincapié en que no solo debemos ir más atentos en nuestros viajes, sino tomar una serie de medidas para evitar poner en peligro tanto la vida de los operarios como la nuestra.
Y aunque bien es cierto que tanto limpiadores como obreros que trabajan cuidando la calzada lo indican con señales y con antelación, es necesario que reduzcamos la velocidad nada más entrar en la parte de la autopista que así lo indica. No obstante, es totalmente recomendable circular a la velocidad de la vía y empezar a reducir ligeramente en cuanto veamos la señal que hace alusión a que se aproxima una zona en obras.
Además, también debemos evitar adelantar a otros vehículos poco antes de que comience dicho tramo. De lo contrario, nos arriesgamos a sufrir una colisión o una pérdida del coche por culpa del estrechamiento que nos encontramos de manera casi inminente.
Por otra parte, también debemos respetar la distancia lateral para evitar pasar muy cerca de los usuarios, ya que de lo contrario las posibilidades de que se produzca un atropello aumentan. Y es que aunque los tramos de obras cuenten con velocidades limitadas, circulamos lo suficientemente rápido como para que la colisión o el atropello resulte mortal.