Desgraciadamente, los actos de y los disturbios son, a día de hoy, todavía demasiado frecuentes ya no sólo en España, sino en prácticamente cualquier país a nivel mundial.
Cada nochevieja Francia vive unas horas asfixiantes, en las que miles de jóvenes deciden celebrar la entrada del nuevo año quemando y destrozando coches a su paso. Sí sí, coches. Cada año de forma más clara, más intensa,
la noche que ha dicho adiós a 2017 para dar paso a 2018 no ha sido una excepción, batiendo de nuevo récords de vandalismo con la destrucción de más de 1000 vehículos, sumando un total de 1031 coches y furgonetas destrozados e inutilizados en todo el territorio de nuestro país vecino.
Los disturbios que dan como resultado este tipo de incidentes tienen su precedente años atrás, cuando dos jóvenes fallecieron en una persecución policial tras una noche de altercados.
Estos incendios, estos destrozos, se han convertido ya en una especie de macabra tradición, que genera miedo e incertidumbre entre los ciudadanos que simplemente quieren celebrar la entrada del nuevo año de forma pacífica. 2018 desgraciadamente ha arrancado, de nuevo, con incidentes de este tipo: desde incendios provocados hasta destrozos en lunas, ruedas e interiores.
Se han lanzado, incluso, algunos vehículos por las bocas de metro en una vorágine de destrucción e incidentes, excusa perfecta para que otro tipo de malhechores destruya vehículos procedentes de robos o, incluso, algunos listillos intenten estafar a sus seguros. En Centímetros Cúbicos: |