Las modificaciones sólo necesitan cambios a nivel software
Mercedes, a instancias del Gobierno alemán, llamará a revisión a 774.000 vehículos diésel para hacer unas modificaciones a nivel software que permitan reducir las emisiones contaminantes.
Durante las últimas dos semanas, dos reuniones entre el Gobierno alemán y el máximo responsable de Daimler, Dieter Zetsche, han motivado una llamada a revisión masiva por parte de Mercedes-Benz. En total serán 774.000 vehículos los afectados por esta llamada a revisión, que llega aproximadamente un año después de otra llevada a cabo a mediados de 2017 y en la que Mercedes llamó voluntariamente a revisión a unos 3 millones de coches diésel para reducir los niveles de NOx.
En esta ocasión se ven afectados los Mercedes Clase C, GLC y Vito. El fabricante niega haber cometido ilegalidades para alterar sus cifras de emisiones y lo cierto es que el Gobierno no ha encontrado indicios de ello; aun así, podría haber irregularidades en el nivel de emisiones, solucionables con una reprogramación a nivel software, con lo cual esta llamada a revisión no implica modificaciones físicas –como sí ocurrió con Volkswagen en su escándalo del dieselgate–.
Con esta modificación del software, el motor y los sistemas anticontaminación trabajarán de manera que consigan reducir sus emisiones. El hecho de que esta llamada a revisión sólo implique cambios en el software supone una buena noticia, relativamente, para Mercedes. Es la medida más económica y el coste, estimado en unos 100 millones de euros, será muy inferior al previsto en caso de tener que cambiar o añadir dispositivos anticontaminación físicos. Además, a pesar de una supuesta amenaza por parte del Ministro de Transporte alemán al fabricante de Stuttgart de la que se hizo eco Spiegel, y en la que había sobre la mesa una multa de 3.750 millones de euros, Mercedes no tendrá que hacer frente a ninguna sanción.