Todavía con camuflaje, pero cada vez más cerca del coche final
El Mercedes-AMG Project One, el hiperdeportivo de más de 1.000 CV, ultima su fase de desarrollo dejándose ver por carreteras públicas. Un hábitat donde será difícil volver a encontrarlo.
Estamos en medio de una nueva encrucijada de altos vuelos en el panorama automovilístico, una en la que los protagonistas son Aston Martin con el Valkyrie, McLaren con el sucesor del F1, y Mercedes-AMG con el Project One. Todos son coches llamados a cambiar las reglas del juego y para ello, cada marca está poniendo sobre la mesa lo mejor que sabe hacer. Y eso es mucho decir…
Coches más propios de circuito a los que se podrá poner una matrícula para circular por vías públicas; es aquí donde ya rueda en su fase final de pruebas el Mercedes-AMG Project One. Un modelo que es, casi literalmente, un coche de carreras matriculable: no en vano, su motor es un V6 de 1,6 litros derivado directamente del que montan los Mercedes de Formula 1.
Con la mirada ya puesta en su producción, prevista para que arranque durante el próximo año, Mercedes está ultimando la fase de pruebas del que será uno de sus coches de calle más radicales jamás fabricados. La marca nos ha dejado ver nuevas imágenes del coche rodando por carreteras públicas, en algún lugar que prefieren mantener en secreto a pesar de que el coche iba convenientemente camuflado.
Y aunque lo hemos visto rodar por vías públicas, toda su tecnología está pensada para el máximo rendimiento en circuito. Su tren de potencia tendrá cinco (sí, ¡cinco!) motores, cuatro de ellos eléctricos, que sumarán más de 1.000 CV; contará con un sistema de recuperación de energía muy similar al KERS de Formula 1; la caja de cambios manual -robotizada de ocho relaciones- va anclada al chasis y el puesto de conducción es un cockpit en toda regla, donde incluso los asientos son fijos, formando parte del chasis de fibra de carbono.
Aún no se conocen de manera oficial los datos de su producción, pero se prevén menos de 300 unidades a un precio de unos 2,6 millones de euros cada una. Lo que está claro es que, cuando comiencen a comercializarse, será difícil ver un Project One por la carretera.