¿Cumplen las normas todos los badenes que encontramos en carretera?
Los badenes han demostrado su eficacia como reductores de velocidad, pero la realidad es que pueden ser un enemigo de la mecánica de nuestros coches
Los badenes son ya, a estas alturas, unos viejos conocidos de los conductores españoles -y de medio mundo- gracias a su capacidad para reducir la velocidad de circulación, sobre todo en ciudad y terrenos urbanos, donde el riesgo de atropello es mayor debido a la presencia más evidente de peatones que cruzan la calzada e interactúan con los coches y las motos.
Por eso, los reductores de velocidad han multiplicado su presencia en nuestras calles y vías de circulación, un hecho que puede llegar a resultar perjudicial incluso para la seguridad vial si tenemos en cuenta los daños que pueden provocar en los vehículos de aquellos conductores que no respetan los límites de velocidad y se dedican a atravesar los badenes "a toda pastilla". No obstante, como cualquier elemento que forma parte de la carretera, está sujeto a una estricta regulación que, si no se cumple, puede significar la ilegalidad de esa instalación.
¿Cuántos tipos de badenes existen?
Según el Ministerio de Fomento, existen dos tipos diferentes de reductores de velocidad:
Si no se cumplen estas normas, los badenes pueden ser considerados ilegales y, por tanto, deben ser retirados o reformados para cumplir con la normativa vigente, a riesgo de resultar peligrosos para la circulación.