UN TRUCO QUE PUEDE VOLVERSE EN TU CONTRA
Cada vez más conductores intentan buscar el máximo ahorro a la hora de conducir sus vehículos debido al precio de los carburantes.
Cada vez son más los conductores que temen el momento de tener que acudir a la estación de servicio de turno para volver a llenar el depósito de sus coches. Y es que los precios de los carburantes no han parado de subir en los últimos meses, especialmente en las últimas semanas, lo que ha provocado que ni siquiera el bono de como mínimo 20 céntimos de descuento que el Gobierno lanzó hace ya algo más de un mes sea suficiente para compensar las grandes subidas.
Este hecho ha provocado que muchos usuarios hayan tenido que, directamente, comenzar a racionar el uso de sus vehículos privados, ya que los números no salen: con un precio medio del diésel rozando los 2€/litro y 1,90€/litro en el caso de la gasolina, llenar un depósito con una capacidad media de 50 litros comienza a coquetear con los 100€, es un gasto completamente inasumible. De ahí que los conductores hayan afinado su ingenio a la hora de ahorrar combustible.
Muchos han optado por darse de alta en programas de socios, ahorrando así algunos céntimos por litro gracias a las promociones de bienvenida. Muchos otros, también, han comenzado a interesarse por la conducción eficiente, mejorando así las cifras de consumo de sus coches. Otros, directamente, han decidido reducir su velocidad de circulación, de manera que en vías rápidas es algo habitual encontrarse con coches circulando por debajo de los 120 km/h.
El método de ahorro que puede hacerte recibir una multa de más de 10.000€
Acudiendo a una estación de servicio nos damos cuenta de que, por norma general, existen diferentes tipos de carburantes a nuestra disposición, tanto en diésel como en gasolina. Se trata de carburantes que tienen la misma base pero que reciben diferentes aditivos y, por tanto, tienen un precio de venta diferente. Existe, además, otro tipo de combustible que muchos usuarios conocen: el gasóleo B.
El gasóleo B es aquél que ha sido aditivado y tratado de manera que resulta indicado para su uso en maquinaria industrial y agrícola, de ahí que se le suela conocer popularmente como "gasóleo agrícola". Gracias a su fiscalidad más favorable, el precio de este gasoil es mucho más reducido que el de uso tradicional (el conocido como gasóleo A), de manera que en la actualidad es posible encontrar gasóleo B por debajo de 1.40€/litro.
Aquí es donde entra la 'picaresca': muchos conductores deciden utilizar este gasóleo para sus vehículos privados, una acción que no está permitida. De hecho, el gasóleo B suele estar teñido de un color rojo intenso para poderse identificar de manera rápida y fácil. El uso privado de este tipo de gasoil supone una infracción que, en el peor de los casos, puede estar penada con una sanción económica que va desde los 601 € y puede alcanzar los 12.000 €, además de acarrear la inmovilización del vehículo infractor.
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