LA EURO 7 SE RETRASA DOS AÑOS
La normativa anticontaminación Euro 7, sustituta de la actual norma Euro 6D, tenía prevista su llegada para 2025. Sin embargo, la Unión Europea ha llegado a un acuerdo para retrasar su implantación dos años hasta 2027
La contaminación atmosférica es uno de los problemas más graves y acuciantes a los que nos enfrentamos como sociedad. Uno de los elementos que más afecta a los niveles de contaminación de nuestro entorno es el tráfico rodado, ya que la inmensa mayoría de vehículos que circulan a diario por nuestras carreteras lo hacen haciendo uso de combustibles fósiles que, en su combustión, emiten numerosos contaminantes a la atmósfera.
En la actualidad la normativa de homologación de emisiones contaminantes que deben superar todos los vehículos que se venden en Europa es la llamada Euro 6D, una evolución de la normativa Euro 6 que entró en vigor en el año 2015. Con el paso del tiempo los motores de combustión interna han reducido de manera impresionante sus niveles de contaminación, de manera que un motor de combustión interna que supera la normativa Euro 6D contamina lo mismo que decenas de motores de combustión homologados bajo normativas pasadas como la Euro 2 o la Euro 3.
En cualquier caso, el impulso a la electrificación y el compromiso de la Unión Europea para abandonar los combustibles fósiles en la medida de lo posible ha acelerado el desarrollo de una nueva normativa, la Euro 7, cuya incorporación y puesta en marcha estaba prevista, inicialmente, para 2025. Sin embargo, los últimos acuerdos a los que han llegado los países miembros han retrasado su aplicación a 2027.
La normativa Euro 7 será, sin ningún género de dudas, la normativa anticontaminación más exigente y restrictiva de la historia, provocando que muchos fabricantes hayan ya tomado la decisión de abandonar la tecnología de combustión para centrar sus esfuerzos en los motores eléctricos o electrificados. En las últimas horas los 27 han acordado fijar los límites definitivos que regirán esta nueva norma Euro 7, unos límites que, en la práctica, supondrá la entrada de la electrificación en casi cualquier motor térmico.
En concreto, los vehículos con motor de gasolina se quedarán en los 60 gr/km de NOx (como ya sucede con la Euro 6), mientras que los vehículos con motor diésel tendrán que reducir su volumen máximo de emisiones de NOx de 80 gr/km a 60 gr/km para igualarse con los motores alimentados por gasolina. Además, el acuerdo establece también límites de emisiones de partículas de frenos (PM10) para automóviles y furgonetas, 3 mg/km para vehículos eléctricos puros y 7 mg/km para los vehículos con motor de combustión interna, híbridos y de pila de combustible.