CRISIS ENERGÉTICA
El pasado mes de julio se aprobó la reforma del Impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero
El pasado mes de abril, según datos de la Agencia Tributaria, un vehículo nuevo costaba, de media, en España 22.755 euros. Esta cifra se incrementará en unos días cuando entren en vigor los cambios aplicados al Impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero. A partir de septiembre, comprar un coche nuevo será (todavía) más caro.
Tal y como informa desde El Comercio, esta tasa no es nueva. Ya existía: el Impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero estaba regulado en el Artículo 5 de la Ley 16/2013 de 29 de octubre. Ahora ha sido modificado como parte de las medidas que el Gobierno está aplicando para mitigar el impacto que la crisis energética derivada de la Guerra de Ucrania tiene en el bolsillo de los consumidores.
El pasado 8 de julio se aprobaba la Ley 14/2022 que introduce varios cambios: uno de ellos afecta al citado impuesto y se ha llevado a cabo para garantizar un efectivo control de los gases fluorados. Antes, esta tasa sólo afectaba a aquellos que vendían, directamente, los citados gases al consumidor final. Ahora se han eliminado las exenciones y también se aplicará a la fabricación e importación de nuevos equipos y sistemas de refrigeración, aire acondicionado, bombas de calor y electrodomésticos.
La industria del motor
Como decíamos, la ley entrará en vigor el 1 de septiembre de 2022. Según los expertos, el precio de todos esos elementos se incrementará entre un 5 y un 10%. Y aunque no lo parezca, el mundo del motor se verá afectado.
El reformado Impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero no sólo hará que suba el coste del aire acondicionado, también el de la bomba de calor: un componente clave para los coches eléctricos. No obstante, se espera que la repercusión en el precio de un coche nuevo no sea muy elevada debido al bajo porcentaje… pero algo se incrementará.
El sector automovilístico no es el único afectado: a él se une la industria alimentaria, la hostelería, los supermercados, industria alimentaria y las grandes superficies que venden aparatos de calor y frío.
Sanciones previstas
Por último, la Ley 14/2022 establece la obligatoriedad de inscribirse en el Registro Territorial del Impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero: no hacerlo significa exponerse a multas de hasta 1.500 euros. Y, además, si se detectan “diferencias en menos de los gases objeto del impuesto en los fabricantes”, la sanción será la cantidad correspondiente a la cuota que le hubiese correspondido en un principio.