¿INCENTIVOS O IMPUESTOS PARA LOS COCHES ELÉCTRICOS?
Mientras en Estados Unidos se introduce un impuesto sobre la carga de vehículos eléctricos, España mantiene sus incentivos. Analizamos qué debe considerar un comprador español ante esta situación global cambiante.
Aunque puede parecer que algo que sucede en otra parte del mundo podría no ser relevante a la hora de decidir qué coche comprender, lo cierto es que sí que nos permite tomar una decisión mucho más formada a la hora de elegir. El estado de Wisconsin, en Estados Unidos, ha anunciado recientemente la introducción de un impuesto de 3 centavos por kilovatio-hora en la carga de vehículos eléctricos, efectivo a partir de 2025.
Este impuesto no se aplicará a la carga doméstica, ni tampoco para la carga con cargadores instalados en el pasado en zonas públicas. Sin embargo, sí se aplicará en todos los puntos de carga de Nivel 3 (carga rápida) o en aquellos inferiores que se instalen de ahora en adelante.
Lo preocupante de la noticia es que podría convertirse en una tendencia a medio plazo, y que su llegada a cualquier territorio implicaría una pérdida de interés en adquirir un coche con motor eléctrico puro. Si ya de por sí hay motivos por los que dudar, un impuesto adicional podría ser una indicación de que todo tipo de incentivo y ayuda para comprar un coche eléctrico podría acabar siendo un arma de doble filo.
Y es que esta medida busca compensar la pérdida de ingresos por impuestos sobre combustibles fósiles, plantea interrogantes sobre el futuro global de la movilidad eléctrica. El objetivo es realizar una recaudación para poder mantener carreteras e infraestructuras. La lectura de esto es que la pérdida de impuestos recaudados por combustibles fósiles se compensaría con un nuevo impuesto a la carga eléctrica. Esta lectura es justo la que resulta preocupante para quien está pensando en comprar un coche ahora mismo.
Es una realidad que si se produce un cambio radical del parque móvil sustituyendo los coches con motor de combustión por coches con motor eléctrico, existiría una pérdida importante de recaudación de impuestos por el gasto en combustible. Y es innegable que esta recaudación tendría que obtenerse por otras vías.
En España existe todavía un fuerte apoyo para comprar un coche eléctrico, con ayudas del Plan MOVES III de hasta 7.000 euros para coches eléctricos puros, y de hasta 4.500 euros para híbridos enchufables. También existe una desgravación del 15% en IRPF por la compra de un coche eléctrico, así como algunas deducciones y ayudas adicionales en comunidades autónomas concretas.
Sin embargo, es prudente considerar que, a medida que aumente la adopción de vehículos eléctricos, podrían surgir nuevas políticas fiscales para compensar la pérdida de ingresos por impuestos sobre combustibles fósiles. Aunque actualmente no hay indicios de medidas similares a las de Wisconsin en España ni en muchas otras partes del mundo, los compradores deben estar atentos a posibles cambios en el panorama fiscal y regulatorio a largo plazo.
Por otro lado, si una medida similar se aplicara en nuestro territorio, todavía habría que valorar el hecho de que la recarga doméstica no estaría gravada con este impuesto especial. Aunque, eso sí, este es el caso únicamente de Wisconsin. No puede generalizarse a partir del mismo, pero es lógico pensar que en todo caso las medidas a seguir en otros territorios serían más conservadoras.
No obstante, este es solo otro obstáculo más en el camino de aquellos que está decidiendo si optar o no por un coche eléctrico. A corto plazo es improbable que veamos que algo así suceda en nuestro territorio. Pero está claro que a largo plazo habrá que compensar la recaudación que se pierda de los combustibles fósiles, y es difícil predecir qué sucederá entonces.