los coches de 2018 serán más difíciles de pilotar
Los responsables del Campeonato Alemán han buscado una forma de mejorar la espectacularidad de las carreras.
El Campeonato Alemán de Turismos se enfrenta a su última temporada tal y como lo conocemos. La decisión de Mercedes AMG de dejar la competición de turismos y centrarse en la Fórmula 1 y en un nuevo programa en la Fórmula E ha supuesto todo un terremoto para los cimientos del campeonato que se quedará únicamente con Audi y BMW como únicos representantes confirmados para la próxima campaña del DTM.
Mientras que el ITR, con Gerhard Berger a la cabeza, sigue trabajando en asegurar el futuro del campeonato germano, el inicio de la temporada 2018 se acerca para los tres grandes fabricantes teutones, los cuales estuvieron presentes durante la pasada semana en el Circuito de Vallelunga para realizar los primeros test conjuntos del año. Allí debutaron en pista los nuevos Mercedes-AMG C63 DTM, Audi RS 5 DTM y BMW M4 DTM, todos ellos adaptados a la reglamentación técnica que protagonizará las series durante la próxima campaña y a la espera de ver qué ocurrirá con el reglamento Class One que en teoría debería permitir competir a DTM y Super GT juntos.
Los cambios técnicos llevados a cabo por los responsables están orientados precisamente a dar un papel más importante a las manos de los pilotos. Es por ello que se ha tratado de reducir en un 25% la carga aerodinámica que hasta ahora disponían los vehículos, eliminando parte de los elementos de la carrocería entre los que se encuentran las planchas laterales situadas en la parte inferior de las puertas o la simplificación del difusor trasero. También ha habido grandes cambios en la parte delantera, la cual contará con menos apoyo al eliminarse parte de los flaps que se encontraban en los laterales del paragolpes y que ayudaban a dotar de una mayor estabilidad al morro del coche en frenada y en curva.
Estos cambios vienen unidos además a una pequeña reducción en el peso mínimo reglamentario (pasa a ser 10 kg más ligero, de 1.115 kg con el piloto incluido), por lo que los coches del DTM serán este año más rápidos en recta, pero a su vez obligarán a los pilotos a emplearse a fondo a la hora de tomar las curvas. La eliminación del ‘tercer elemento’ un sistema que se encontraba en el eje delantero y que servía de unión para las ruedas, también ha sido eliminado, contando ahora con un esquema clásico de suspensión con muelles helicoidales de diseño lineal que hará que los vehículos tengan menor estabilidad a la hora de frenar.
A su vez se han propuesto otros cambios deportivos, entre ellos la recomendación de que en las paradas en boxes sean dos los mecánicos que lleven los neumáticos nuevos a la zona de repostaje en lugar de uno como se venía utilizando hasta ahora. También se permitirá la comunicación entre muro y piloto a través de la pizarra, en este caso para comunicar la entrada al cambio de neumáticos, de una situación de peligro u otras indicaciones básicas que deben contar con la aprobación por parte de la Federación Alemana con el objetivo de evitar polémicas órdenes de pista que surgieron en los últimos años y que incluso llevaron a que un piloto echara a otro de pista de forma deliberada.
La resalida tras un coche de seguridad o después de una bandera roja se seguirá realizando de dos en dos al más puro estilo IndyCar Series, siendo el líder de la carrera el que determine cuándo ondeará la bandera verde a través de su cambio de ritmo. La formación por parejas no se podrá romper hasta haber cruzado la línea de meta. Recordemos que este año, además de ausencias como las de Mattias Ekström o Maro Engel, el campeonato celebra los regresos del campeón de 2015, Pascal Wehrlein, y del barcelonés, Dani Juncadella.