AMBOS SISTEMAS TIENEN VENTAJAS
La ansiada etiqueta ECO se obtiene por medio de coches HEV y MHEV, y en ambos encontramos ventajas e inconvenientes.
La etiqueta ECO de la DGT se ha convertido, sin lugar a dudas, en uno de los mayores reclamos en el coche nuevo. Al fin de cuentas, estamos hablando de un distintivo que puede hacer que conduzcamos nuestro vehículo sin preocupación alguna no solo ahora, sino también en el futuro más inmediato. Para obtenerla, debemos optar, o bien por un coche HEV -híbrido no enchufable-, o bien por uno MHEV -mild-hybrid- pero, ¿cuál es mejor?
Lo cierto es que ambos sistemas tienen sus propios puntos fuertes y, en función de nuestros trayectos diarios, uno encajará mejor que el otro. Sea como fuere, ante la ley los vehículos portadores de cualquiera de los dos sistemas tienen las mismas ventajas a nivel fiscal, por lo que no deberá ser un argumento a tener en cuenta a la hora de elegir uno u otro.
Para empezar, el coche HEV recurre a una batería de mayor capacidad, siendo estas de, aproximadamente 0,76 kWh, aunque dependerá del coche. Además, estas son de iones de litio, y permiten conducir durante pocos kilómetros en modo totalmente eléctrico. Y es que esta es una de las principales ventajas de los híbridos al uso, ya que pueden hacer desplazamientos cortos sin usar el motor de combustión.
Por ejemplo, a la hora de estacionar, arrancar en un semáforo -o detenernos- o simplemente circular por debajo de cierta velocidad. Esto nos permite ahorrar bastante combustible y olvidarnos de lidiar con cables o cargas, puesto que las baterías de los HEV se recargan solas por medio de las deceleraciones y frenadas.
Es por ello que su compra tiene mucho más sentido si vamos a realizar, fundamentalmente, trayectos urbanos. Aquí es fácil ver consumos de 5 litros en vehículos que no tienen que ser necesariamente pequeños. Además, en algunos casos contamos con un botón que nos permite circular en modo eléctrico tanto como le sea posible al sistema. Además, las mecánicas gasolina suelen ser sencillas -motores de tres o cuatro cilindros atmosféricos- y baratas de mantener, así como la caja de cambios, que en casi todos los casos es de tipo variador continuo. No la más precisa pero si una de las más fiables.
Pero, ¿cuáles son las desventajas de los HEV? Principalmente que su precio de adquisición es más elevado que el de un MHEV y, en caso de necesitar cambiar la batería, el desembolso será mayor. Tampoco son los coches ideales para circular por autopista, ya que es un escenario en el que la batería tiene pocas oportunidades de carga, dejando solo al motor de combustión o directamente haciendo que ambos trabajen enviando única y exclusivamente fuerza a las ruedas, lo que provoca que los consumos sean más elevados en este terreno que los que declara un coche de gasolina o diésel convencional.
Ahora bien, ¿qué hay de los MHEV? En este caso se recurre a un sistema de 48V, y su intervención está pensada para aportar más potencia, reducir consumos y emisiones. La realidad es que con este tipo de mecánica uno no puede circular en modo eléctrico, y los consumos no van a ser mucho más bajos que los de un coche que no sea MHEV.
Sin embargo, su precio de adquisición es más barato que el de un HEV, podemos encontrar este sistema en vehículos diésel -y por ende obtienen la etiqueta ECO- y los consumos en autopista no aumentan como sí ocurre con los coches híbridos.