Está asociado al motor de 130 cv y a la caja de cambios automática.
La recién llegada sexta generación del utilitario alemán estrena oficialmente el acabado GS Line, que ofrece una estética más deportiva.
Las siglas GSi de 'Grand Sport injection' asociadas a los modelos de Opel siempre han sido sinónimo de deportividad y dinamismo y, desde la primera generación del Corsa, han estado presente en el segmento B de Opel. Ahora, la sexta generación estrena el acabado GS Line, el nivel de corte deportivo que pretende homenajear a este legado, y que hace un especial guiño al modelo primigenio ofreciendo una configuración de carrocería en color rojo Chile con techo negro, similar a la que existía en los años ochenta.
El primer Corsa GSi vio la luz en 1988 y fue concebido como un utilitario ágil que acercaba las sensaciones de una conducción emocionante a casi todos los públicos, con un motor 1.6 de 100 cv que lo lanzaba de 0 a 100 en 9,5 segundos y hasta los 188 km/h de velocidad punta. Contaba además con una amortiguación más rígida, barras de refuerzo entre las torretas de la suspensión delantera y trasera, pasos de rueda ensanchados y frenos de disco ventilados más grandes.
Por su parte, el nuevo Corsa GS Line está asociado al motor de gasolina 1.2 Turbo de 130 cv y a la caja de cambios automática por convertidor de par de ocho velocidades. Con ello, es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en 8,7 segundos y de conseguir una velocidad máxima de 208 km/h. Este acabado incluye además el modo de conducción ‘Sport’, con el que se mejora la respuesta del motor y de la dirección.
A simple vista el Corsa GS Line se reconoce por los paragolpes delantero y trasero más deportivos, por un pequeño alerón trasero, por la salida de escape doble cromada, y por las llantas específicas de 17”. Dentro, los asientos son más deportivos, los pedales son de aluminio, y el salpicadero cuenta con detalles del color de la carrocería.