CON MÁS DE 55 KM DE NUEVOS CARRILES EXCLUSIVOS PARA CICLISTAS
Desde 2019, la capital de Noruega ha implementado una prohibición total de coches en su centro, combatiendo así las emisiones y promoviendo la sostenibilidad urbana. Así queda y se gestiona el tráfico de la capital nórdica.
Ya han pasado cinco años desde que Oslo decidió prohibir completamente la entrada de automóviles en su centro urbano. Esta decisión no solo ha servido para reducir la contaminación, sino que también ha mejorado la calidad de vida de sus habitantes.
Recientemente, la política noruega, Lan Nguyen Marie Berg, explicó el propósito de estas medidas. “Nuestro objetivo es tener un centro libre de coches, mucho más amigable para peatones y ciclistas. Esto beneficiará a las tiendas y, sobre todo, a la comunidad”, afirmó.
El objetivo es claro, convertir a Oslo en una de las referencias mundiales en cuanto a sostenibilidad urbana. Sin embargo, este proceso no fue rápido, ya que comenzó en 2015, año en el que se propuso la prohibición de estos vehículos y se promovió el uso de bicicletas como principal medio de transporte.
Para facilitar esta transición, la capital noruega realizó inversiones significativas en infraestructura, con más de 55 km de carriles exclusivos para bicicletas, proporcionando así un espacio seguro para cualquier ciclista.
La acogida de los ciudadanos a esta medida ha sido mayoritariamente positiva. Algunos de ellos destacan que este cambio no solo repercute en la reducción de la contaminación del aire, sino que también crea espacios más habitables y acogedores para todos los viandantes.
Los beneficios no se limitan a la mejora de la calidad del aire o la reducción del ruido en el centro urbano. Más de 300,000 propietarios de automóviles en Oslo han tenido que modificar sus hábitos, optando por cambiar sus vehículos por bicicletas, lo que también ha mejorado su salud.