Un nuevo paso en la reforma de la movilidad personal
La movilidad personal, especialmente en las ciudades, parece "condenada" a reformarse por completo. ¿Está el Gobierno trabajando en un nuevo sistema de pago por uso también en los núcleos urbanos?
Seguro que ya conoces la que sin duda ha sido una de las noticias de este 2021 que en menos de 30 días se termina. Hablamos de la confirmación por parte de la administración de la llegada de un sistema de pago por uso para las vías rápidas de todo el país, una medida que busca aumentar la sostenibilidad de estas infraestructuras, aumentando también las inversiones que se pueden llegar a realizar en términos de mantenimiento e innovación.
Como seguro que ya sabes, a finales de 2022 está previsto que comience a funcionar la primera fase del sistema de tarificación por uso de las autovías y autopistas españolas, un sistema que evolucionará en los años subsiguientes hasta alcanzar la madurez en forma de sistema de pago por kilómetro que tendrá en cuenta variables como el potencial contaminante o la antigüedad del vehículo que está utilizando estas carreteras.
El pago por uso podría llegar también a las ciudades
Así es: es posible que el Gobierno esté trabajando en el desarrollo de un sistema de tarificación también para los núcleos urbanos, un sistema que no es nuevo: ciudades como Londres llevan muchos años (casi 20 en el caso de la capital británica) un sistema de tasas o peajes que los usuarios de ciertos vehículos deben abonar si un día quieren circular con su coche dentro de una zona delimitada. Es lo que se conoce como Congestion Charge.
Es en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que el Ejecutivo español envió en abril a la Unión Europea donde se menciona este concepto en forma de "implementación de planes de movilidad pago por uso urbana", lo que nos recuerda inmediatamente a escenarios como el que hemos mencionado anteriormente refiriéndonos a la capital de Reino Unido. ¿Tiene sentido planear algo así para algunas ciudades españolas?
Dentro de no mucho tiempo -en 2025 como fecha límite- todas las ciudades con más de 50.000 habitantes deberán tener lista -y funcionando- su Zona de Bajas Emisiones, una zona limitada en la que sólo podrán acceder los vehículos cuyo potencial contaminante sea menor. Esta actuación permite, ciertamente, la aplicación de estas tasas por uso en el caso de las zonas urbanas: un ciudadano que necesite acceder con su vehículo de manera puntual al centro de la ciudad podrá hacerlo aunque su vehículo no cumpla con las condiciones en cuanto a emisiones contaminantes, pero podrá hacerlo tras abonar una pequeña tasa.