NUEVOS ESTUDIOS ACERCA DE LOS PEAJES
Los peajes de las autopistas han sido uno de los temas más comentados en los últimos meses. Nuevos estudios del Gobierno apuntan a que nada está cerrado de momento.
Seguro que en los últimos meses has oído, leído y comentado en más de una ocasión los planes del Ejecutivo central relativos a las autopistas y autovías de nuestro país, que, en principio, pasarán a ser de peaje en su totalidad a partir de 2024. Se trata de un proceso largo y complicado que, como es lógico, se está encontrando con una férrea oposición y con una serie de obstáculos que superar, aunque parece que el trámite sigue adelante.
Se están valorando todo tipo de soluciones para aplicar esta medida de manera progresiva y sin que suponga un gran desembolso para los usuarios, pero lo que hay que tener claro es que todos los que utilicemos este tipo de carreteras nos veremos obligados a abonar una cierta cantidad cada vez que las utilicemos, en un gesto que pretende, en palabras del Gobierno, "acabar con los desequilibrios territoriales que existen actualmente, así como con el gran déficit en términos de mantenimiento de este tipo de infraestructuras".
El Gobierno, abierto a diferentes opciones
Efectivamente, el Gobierno trabaja en varias líneas de aplicación diferentes, en las que nada está cerrado. De hecho, una de las propuestas que ha ganado más peso en las últimas semanas está siendo analizada y estudiada por el Ministerio de Transportes, encargado de elaborar el estudio que desemboque en la aplicación de los nuevos peajes para las autopistas y autovías estatales, es la de gravar las carreteras dependiendo del lugar en el que se encuentren y de la función que estén desempeñando.
¿Qué quiere decir eso? Básicamente se refiere a que no es lo mismo (y como no es lo mismo no soporta la misma carga de tráfico) una vía rápida de entrada a una población media (una ronda o una circunvalación) que una gran autopista de varios carriles que conecte grandes núcleos urbanos, de manera que, como parece evidente, no se facturaría de la misma manera. El uso de este tipo de vías es diferente y, por tanto, el coste de mantenimiento y reparaciones tampoco es similar.
Aún queda mucho camino por recorrer, pero parece obvio que el precio por kilómetro que terminaremos pagando no será el mismo para entrar ir de Barcelona a Madrid en coche que para recorrer unos kilómetros rodeando una ciudad como Valladolid o Albacete, una medida que habrá que estudiar y diseñar de manera precisa y concienzuda para que no suponga un problema de cara a su aplicación a partir de 2024.
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