NUEVAS DECLARACIONES
El mandamás de la DGT aboga por velocidades más reducidas en todos los vehículos.
Parece evidente que uno de los terrenos en los que más han avanzado los coches actuales respecto a los que se vendían hace décadas es el de la seguridad. Las estructuras que componen la carrocería de un coche moderno están diseñadas y construidas de manera que el nivel de protección que alcanzan es extremadamente alto, mucho mayor que el que ofrecían las carrocerías de hace, por ejemplo, 20 años.
Además, los coches actuales, en especial los que se comercializan desde hace un par de años, cuentan con una batería de sistemas de seguridad preventiva que trabajan muchas veces de manera autónoma para que el accidente de circulación directamente no se produzca. Son los llamados 'ADAS', sistemas de seguridad que, de hecho, deberán montar de manera obligatoria todos los vehículos que se vendan en Europa a partir de mediados de este mismo año.
Sin embargo, el exceso de velocidad sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en nuestras carreteras, un exceso de velocidad que, básicamente, multiplica las consecuencias de una colisión y reduce nuestra capacidad de maniobra y actuación en caso de darse una situación de peligro. Es por ello que en los últimos años hemos visto como, por ejemplo, el límite de velocidad genérico en las carreteras nacionales se ha reducido a 90 km/h, mientras que en el 80% de las calles de nuestras ciudades el límite de velocidad ha pasado de 50 km/h a 30 km/h.
La "gran contradicción" de la velocidad máxima
Para Pere Navarro, director general de la DGT, no es suficiente. En una entrevista publicada por Intermitentes.TV, una serie de conversaciones sobre seguridad vial impulsada por la Fundación Abertis, Navarro ha calificado como "contradicción" que los fabricantes de automóviles desarrollen coches que superan de manera holgada los límites de velocidad genéricos que, en nuestro país, se sitúan en un máximo de 120 km/h.
Eso supone un problema muy grave de seguridad vial para Pere Navarro: "Ir a más de 200 km/h en España es delito según el Código Penal, así que comprarte un coche que vaya a más de 200 km/h el único sitio al que te puede llevar es a la cárcel. Pero se venden, lo cual es una contradicción". El mandatario de Tráfico ve con buenos ojos, eso sí, lo que está sucediendo con fabricantes de automóviles como Renault o Volvo, que ya limitan sus vehículos nuevos a una velocidad máxima de 180 km/h.
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