La revolución de las matrículas está a punto de llegar con las matrículas digitales
La revolución de las matrículas está cerca: dentro de poco llegarán las matrículas digitales. Conectadas y actualizadas en todo momento, aportarán multitud de datos acerca tanto del conductor como del vehículo.
La digitalización es ya parte de la industria automovilística. Poco a poco, en ocasiones sin que hayamos sido tan conscientes como nos gustaría, la electrónica y la digitalización han tomado partido en nuestros coches en multitud de escenarios y variables.
Quién nos lo iba a decir hace apenas un puñado de años: desde las centralitas del motor de nuestro vehículo hasta las pantallas de instrumentación, pasando por algo tan aparentemente sencillo como los sistemas de iluminación. Todo ello ha pasado a ser digital, a estar electrónicamente controlado por sistemas extremadamente potentes e inteligentes. Ahora le toca el turno a las matrículas. Sí, has leído bien, las matrículas.
Las matrículas no son más, al menos hasta la fecha, que unas placas que permiten, mediante códigos alfanuméricos, identificar y aportar datos de un vehículo en concreto. Su antigüedad, su procedencia, su titularidad...simples placas metálicas o plásticas que se colocan tanto delante como detrás. Esto está a punto de cambiar con la llegada de las matrículas digitales.
Su uso se acaba de legalizar en California, EE.UU, donde ya en 2018 saldrán unos 100.000 vehículos equipados con este tipo de matrículas, unos displays de tinta líquida conectados a la nube. A través de ellos se podrá, por ejemplo, saber en todo momento la posición del vehículo a través de un módulo de geolocalización o, incluso, avisar al resto de usuarios de la vía de que ese vehículo ha sido robado. Además, se podrán mostrar datos informativos, así como acciones publicitarias.
El coste es, a día de hoy, demasiado elevado. Pese a que ya hay varios estados de EE.UU que se han interesado por esta tecnología, el coste de una placa de matrícula digital se acerca peligrosamente a los 700€, sin contar con la suscripción de datos mensual necesaria para que la matrícula esté conectada a la nube.