El BMW i3 quiere convertirse en uno de los vehículos eléctricos de referencia en el mercado, por ello, nada mejor que ganar visibilidad formando parte de flotas como las de la policía, los bomberos o los servicios de emergencia. Administraciones como las de
Baviera, Milán, Los Ángeles o Londres ya se han hecho con unidades del BMW i3 para formar parte de una apuesta de cero emisiones en sus cuerpos y flotas de servicios operativos. La movilidad eléctrica gana cada vez más adeptos, sin embargo es todavía mucho el camino que queda por recorrer para que la propulsión eléctrica sea sinónimo de alternativa real. Por ello,
los fabricante se están esforzando en que sus modelos eléctricos ganen visibilidad asociándose a entidades públicas o servicios como el taxi. Si el Nissan Leaf se ha convertido en uno de los modelos más representativos del transporte público eléctrico, el BMW i3 pretende convertirse en eléctrico "de moda" entre los cuerpos del estado.
El BMW i3 es un vehículo 100% eléctrico a baterías, aunque también existe una configuración que añade un pequeño motor gasolina para aumentar la autonomía de las baterías. Entre sus peculiaridades encontramos el uso de una
plataforma y carrocería fabricada en un chasis mixto de aluminio y polímeros refozados con fibra de carbono. Su sistema de propulsión eléctrica cuenta con 170 CV y gracias a su batería de iones de Litio y al reducido peso de su estructura es capaz de alcanzar los
160 kilómetros de autonomía por cada recarga completa de su acumulador. Cada una de las unidades del BMW i3 entregadas ha sido convenientemente adaptada a las necesidades de cada cuerpo. A grandes rasgos, los BMW i3 entregados servirán como coches de apoyo al resto de vehículos de flota, desarrollando un papel muy importante en ciudades como Londres donde se está penalizando duramente la circulación de coches movidos por combustibles fósiles.