Una opción muy lógica
Hemos tenido la oportunidad de tener una primera toma de contacto con el Citroën C4 con el nuevo motor tope de gama PureTech de 155 CV, una apuesta muy segura.
Citroën quiso recuperar su esencia con el nuevo Citroën C4, un coche que se posiciona en tierra de nadie con un concepto diferente que recoge rasgos de berlina, compacto y crossover. Al fin de cuentas este tipo de maniobras van muy en la línea de la firma francesa, pero hoy no hemos venido a hablar sobre sus corrientes artísticas, sino de que el C4 equipa un nuevo motor PureTech de 155 CV y ya lo hemos probado.
Así es, el compacto por excelencia de Citroën estrena en esta nueva generación un propulsor tope de gama. Sin lugar a dudas, el cómputo de prestaciones, consumo reducido y confort de marcha suena sumamente atractivo pero, ¿qué pasa realmente cuando te pones a sus mandos? Vamos a descubrirlo.
Aclarar que el Citroën C4 equipado con este nuevo motor gasolina no cambia ni en estética ni en equipamiento, dejando intacta su imagen alterable única y exclusivamente con los acabados y elementos opcionales que ofrece la firma gala. Pero casi mejor, puesto que esto nos permite centrarnos en el inequívoco protagonista de esta toma de contacto: el motor PureTech de 155 CV.
Antes de entrar en materia es necesario analizar una serie de detalles que hacen que este propulsor logre alcanzar el nuevo umbral de potencia. Estamos ante un propulsor turbo de tres cilindros y 1.2 litros, el cual se encuentra en la tesitura de erogar 155 CV y 240 Nm de par pero, ¿qué modificaciones se han aplicado sobre este motor que también usan otras versiones de la gama pero con menos potencia?
La principal novedad la encontramos en el propio turbo, sistema que para la ocasión recurre a un control electrónico. Este alcanza ahora un régimen de giro máximo de 240.000 revoluciones, permitiendo así que el par máximo se ofrezca a tan solo 1.750 vueltas. Además, el caudal es más grande, así como la entrada de aire, cuyo diámetro ha aumentado.
También nos encontramos con distribución variable, reducción de rozamientos gracias a la utilización de un revestimiento de baja fricción DLC (Diamond Like Carbon) en los ejes de los pistones, segmentos y los empujadores para limitar el roce; pistones específicos, nueva geometría para el cigüeñal y un nuevo software específico.
Y sí, todo esto está muy bien, pero seguramente te suene a chino o, en caso de que entiendas de mecánica querrás saber cómo diantres se siente una vez que entra en acción tras haberse acoplado al nuevo Citroën C4. Pues he aquí un servidor para contártelo.
Lo primero que debo destacar es el que C4 con esta nueva mecánica no le es infiel en ningún momento a su característico confort. Esto se debe, principalmente, a que las suspensiones no se han modificado, dejando ese regusto a cómodo que tan bien sabe ofrecer Citroën.
Así que, si te lo estabas preguntando, la respuesta es no, no estamos ante un coche deportivo ni que pretenda serlo. El Citroën C4 equipado con este propulsor busca poner en mano de sus usuarios un buen maridaje entre comodidad y prestaciones, pero no rendir homenaje al ya perdido apellido VTS.
Aún así y pese a su innegable confort de marcha, las sensaciones en este campo se ven un poco difuminadas por la innegable condición de tres cilindros del motor PureTech de 155 CV. A bajas vueltas, podemos percibir alguna que otra vibración así como en los primeros compases del tacómetro, dejando un regusto algo áspero.
Sin embargo, los 240 Nm de par están latentes hasta las 1.750 vueltas, momento en el que el tres cilindros saca su carácter ofreciendo un contundente empuje. Este se hace más notable si seleccionamos el modo Sport, ofreciendo una zona media muy llena que se apacigua en los demás modos. Aún así, es ahí cuando somos partícipes de todo el caudal de potencia de forma más o menos paulatina según la demanda establecida a partir Eco, Normal o Sport.
El cambio EAT8, el único disponible con este motor, cumple en cuanto a conducción sosegada, realizando tanto reducciones como ascensos de marcha de manera imperceptible. Sin embargo, cuando demandamos potencia y queremos ejercer una conducción más deportiva, este se muestra algo perezoso.
¿La conclusión de esta primera toma de contacto? Estamos ante un coche más potente, más prestacional pero para nada deportivo. Y es que Citroën tampoco ha querido que sea así, simplemente ofrecer unas prestaciones que pueden encajar sumamente bien para aquellos que hagan ciudad pero que también requieran de la potencia suficiente para afrontar viajes por autopista.
Con todo esto, el nuevo Citroën C4 PureTech 155 con acabado Shine -el único disponible para este motor- cuenta con un precio de partida de 27.520 euros. ¿Merece la pena frente al de 130? Tal vez no, sobre todo teniendo en cuenta que la diferencia de potencia no conlleva una gran diferencia, pero los poco más de 2.000 euros que los separan no tienen porque hacernos descartar al tope de gama.