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es uno de los tejidos más empleados por las marcas en el interior de sus coches

La popularidad de la Alcantara entre los fabricantes hace que no se pueda satisfacer su demanda

Imposible satisfacer la demanda de Alcantara que actualmente solicitan los fabricantes de coches. Esta es la conclusión a la que ha llegado el fabricante en exclusiva de este tejido sintético.

BMW M4BMW

Se ha convertido en uno de los materiales indispensables en el interior de un automóvil con aspiraciones deportivas. Aunque no puede discutir la elegancia de la piel, el tejido Alcantara se ha convertido durante los últimos años en uno de los más empleados por los fabricantes de coches para afianzar ese toque deportivo en los habitáculos de sus modelos, tomando mucho protagonismo en elementos como el salpicadero, el volante o incluso en el tapizado de los asientos.

Seguramente es porque su tacto y aspecto recuerda a los volantes y los baquets de competición, mientras que su contraste con otros tejidos utilizados como la propia piel permite a los diseñadores ampliar su rango de opciones, algo con lo que diferenciarse de sus principales rivales. De origen sintético, la Alcantara es producida en exclusiva precisamente por la empresa con la que comparte nombre, el fabricante italiano Alcantara S.p.A, el cual ha visto durante los últimos tiempos un auténtico repunte en la demanda de sus productos.

Con el cada vez más amplio rechazo a los tejidos procedes de animales, la Alcantara se ha convertido en la gran alternativa sintética, haciendo gala de grandes propiedades y características como que pesa alrededor del 50% menos que el cuero, su gran resistencia tanto al desgaste como a la rotura o un gran agarre. Un cada vez más desarrollado sistema de fabricación ha permitido además abaratar los coches, sin embargo, su creciente popularidad ha llevado a que Alcantara S.p.A oficialmente no pueda satisfacer la demanda.

En una información publicada por MotorTrend, el fabricante italiano reconocía abiertamente que actualmente se está viendo obligada a rechazar en torno a algo menos de una cuarta parte de los contratos que le realizan, sencillamente porque no tienen la capacidad para afrontar tal carga de trabajo. Obviamente esta situación ha llevado a que la empresa ya tenga proyectada la expansión de su factoría de Milán con una inversión aproximada de 300 millones de euros.