Corrían los años '80 cuando el fabricante
BOSE, más conocido por sus soluciones para sistemas de sonido, asombró al mundo desarrollando un
revolucionario sistema de suspensión que conseguía eliminar cualquier molestia producida por los baches de la carretera. Un Lexus LS de la época adaptado para hacer uso de la revolucionaria
tecnología de suspensión de BOSE, dejaría a medio mundo con la boca abierta viendo como la carrocería de la berlina de Lexus no se inmutaba ante cualquier irregularidad.
BOSE había desarrollado una suspensión magnetoreológica capaz de adaptar su dureza y tarado en función del desperfecto que debía absorber. Este sistema muy pronto llamó la atención de toda la industria del automóvil, y es que lo más avanzado de aquella época en el plano comercial era la suspensión hidroneumática popularizada por Citroën. BOSE había encontrado el santo grial en tanto a suspensiones y todos hablaban de la mayor revolución nunca antes vista en el comportamiento de los coches.
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Pero por qué nunca hemos visto en un coche de calle la suspensión perfecta de BOSE? Con el paso de los años, BOSE siguió demostrando de qué era capaz su revolucionaria tecnología, sin embargo nunca llegábamos a conocer a ningún fabricante que la llevara a producción. Hoy, tras más de 20 años de aquella primera demostración de BOSE, por fin tenemos una respuesta en tanto al porqué nunca se llegó a fabricar en serie la tecnología de suspensión de BOSE.
El diseño de BOSE no sólo era increíblemente caro, sino que además adolecía de un sustancial aumento de peso para el vehículo, lo que complicaba su instalación. De este modo,
los fabricantes de coches prefirieron seguir perfeccionando los diseños tradicionales, condenando para siempre el invento de BOSE.