Tiene mucho que decir
Porsche pone en juego al nuevo Porsche 718 Cayman GT4 RS, la variante más radical de su deportivo que llega dispuesto a cambiarlo todo.
Cuando se trata de crear coches deportivos y eficaces, Porsche sabe muy bien lo que hace. Prueba irrefutable de ello es el nuevo Porsche 718 Cayman GT4 RS, el colofón final y el máximo exponente del Cayman que llega dispuesto a ensombrecer a su hermano mayor, el incombustible 911. Para ello, la casa alemana le ha dotado con el mismo motor que al 911 GT3, 500 CV y la capacidad de firmar el 0 a 100 en 3,4 segundos. Vamos a descubrir sus otras credenciales.
Hasta la fecha, Porsche tan solo había aplicado las siglas RS sobre su niño mimado, el nueveonce. Sin embargo, el Cayman demostró talante suficiente para ser un digno portador de estas, surgiendo así un peligro en casa, el GT4 RS, apellido que transforma al deportivo de acceso de los de Stuttgart en un matagigantes con todas las de la ley.
A nivel estético nos topamos con toda una declaración de intenciones de la mano de un splitter específico, dos grandes tomas de aire y un capó rematado en CFRP con dos hendiduras ideadas para mejorar la carga aerodinámica. Cualquier ápice de ornamentación es pura falacia, puesto que todos y cada uno de los elementos que conforman al nuevo GT4 RS tienen una misión aerodinámica.
El alerón de mayores dimensiones, el difusor encargado de custodiar una doble salida de escape y las tomas aire que sustituyen a las ventanillas traseras son pruebas irrefutables de ello. A su vez, Porsche ofrece por primera vez para el 718 Cayman GT4 RS el paquete Weissach, encargado de aligerar el peso para firmar sobre la báscula 1.490 kilos, o lo que es lo mismo, 35 kilos menos que un Cayman GT4 con caja PDK y 20 kilos menos que un 911 GT3 también con cambio PDK.
Encontramos novedades en los nudillos de dirección, amortiguadores y barras estabilizadoras, que ahora son específicos para esta variante del deportivo alemán. Al mismo tiempo, el GT4 RS reduce su altura libre al suelo en 30 mm frente a un Cayman convencional, y cuenta con un tarado de amortiguadores y muelles a medida. Como guinda del pastel se asientan unas llantas de 20 pulgadas monotuercas de aluminio y forjadas en caso de recurrir al paquete Weissach.
El cambio automático de doble embrague y siete relaciones PDK -único disponible en esta variante del Cayman- cuenta con unos desarrollos más cortos. Así, se convierte en un mejor director de orquesta para el inequívoco protagonista de esta creación, un seis cilindros bóxer atmosférico de 4.0 litros heredado del mismísimo 911 GT3 que desarrolla 500 CV y 450 Nm de par, y es capaz de alcanzar las 9.000 revoluciones.
El 0 a 100 ocurre en 3,4 segundos y la velocidad punta es de 315 km/h, lo que se traslada junto a su puesta a punto a parar el cronómetro en Nürburgring en unos impresionantes 7 minutos y 9 segundos. ¿El mayor problema? Un precio de partida para el mercado español de 163.182 euros, o lo que es lo mismo, 32.899 euros menos que un 911 GT3. ¿Hay guerra en casa? Creemos que sí.