Pasar la ITV a nuestro coche supone un coste añadido
Las diferencias de precio a la hora de pasar la ITV a nuestro coche, el caballo de batalla de miles y miles de conductores.
Las ITV se encargan de controlar el buen funcionamiento de nuestros vehículos, pero también es cierto que se trata de un gasto adicional que, de manera periódica, el titular del vehículo debe asumir obligatoriamente si quiere circular con arreglo a la ley. El problema surge de la mano de las diferencias entre comunidades, que pueden llegar a ser destacables.
El mencionado problema se convierte en un 'problemón' si analizamos con detalle las diferencias de precio entre comunidades, especialmente si tenemos en cuenta que algunas han sufrido ya un proceso de “liberalización” del sector de las ITV, de manera que cualquier empresa privada que cumpla los requisitos puede realizar inspecciones técnicas, una característica que suele redundar en una mayor variedad de precios. Es precisamente lo que ocurre tanto en Murcia como en la Comunidad de Madrid.
Según el informe publicado por la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), asociación que representa aproximadamente al 95% de las estaciones examinadoras de nuestro país, las diferencias pueden llegar casi al 50% entre diferentes comunidades.
De esta manera, la comunidad más barata para examinar un turismo con motor gasolina es Baleares, con 28,44€ por inspección, mientras que si lo que se va a examinar es un turismo con motor diésel, la comunidad más económica es Asturias, con algo menos de 40€ por inspección (39,69€).
En el polo opuesto encontramos al País Vasco si hablamos de motores de gasolina, con un coste por inspección de nada más y nada menos que 49,52€, mientras que si hablamos de motores diésel las inspecciones más caras las deberemos abonar en Ceuta, con 57,46€ por inspección. Como ya hemos mencionado anteriormente, ni en Madrid ni en Murcia existe regulación de precios, ya que se trata de una actividad que ya ha sido privatizada.
El problema de las ITV es más serio de lo que parece: con la llegada de la pandemia de COVID a nuestras vidas el nivel de 'absentismo' se ha disparado a niveles alarmantes: si antes de la pandemia casi 20 de cada 100 coches circulaban con la ITV caducada (un 20%) en la actualidad se calcula que cerca de la mitad de los coches que tienen que pasar la ITV están circulando sin ella, un enorme problema tanto a nivel medioambiental como a nivel de seguridad tanto técnica como jurídica.