¿QUÉ USOS TIENE?
Los semáforos son uno de los elementos viales más conocidos y reconocibles por parte de los conductores de medio mundo. Sin embargo, su uso puede evolucionar con el paso del tiempo, tal y como demuestra el último movimiento del ayuntamiento de la capital española, que ha instalado el primer semáforo de cuatro colores del país
El semáforo es uno de los inventos que más ha influido en la seguridad vial. Su historia comienza en Londres en 1868, cuando se instaló el primer semáforo del mundo frente al Parlamento británico. Este primer dispositivo, diseñado por el ingeniero ferroviario John Peake Knight, no era eléctrico, sino que funcionaba con lámparas de gas y brazos mecánicos que se levantaban o bajaban para indicar “Alto” o “Precaución”. Sin embargo, este primer semáforo tuvo un final trágico cuando, debido a una fuga de gas, explotó, hiriendo gravemente al oficial que lo operaba. Aunque fallido, este intento inicial demostró la necesidad de un sistema de regulación del tráfico más seguro y eficiente.
El verdadero avance llegó con la invención del semáforo eléctrico en 1914, en Cleveland, Ohio. Este primer semáforo eléctrico, instalado en la intersección de las calles 105 y Euclid Avenue, solo utilizaba dos colores: rojo y verde. Fue un invento revolucionario que permitía a los policías regular el tráfico de manera más efectiva y segura. Más tarde, en 1920, en Detroit, Michigan, se introdujo el semáforo de tres colores que conocemos hoy, cuando el oficial de policía William Potts añadió la luz amarilla para advertir a los conductores del cambio inminente de la señal. Este desarrollo marcó el comienzo de la era moderna de los semáforos, que luego se expandieron por todo el mundo.
A lo largo del siglo XX, los semáforos se volvieron cada vez más sofisticados. La automatización permitió que los semáforos operaran sin intervención humana directa, utilizando temporizadores y, en los últimos años, sensores para ajustar los tiempos de las señales según el flujo de tráfico. En las últimas décadas, la integración de tecnología digital ha permitido la creación de sistemas de semáforos inteligentes, que pueden adaptarse en tiempo real a las condiciones del tráfico y comunicarse con los vehículos para mejorar la fluidez y seguridad en las carreteras. Este tipo de innovaciones son cruciales en la era de las ciudades inteligentes y el desarrollo de vehículos autónomos.
En Madrid, la evolución de los semáforos ha dado un paso más con la introducción del primer semáforo de cuatro colores en España, una innovación que marca un nuevo capítulo en la gestión del tráfico urbano. Este semáforo, instalado en el barrio de Salamanca, añade una luz blanca a las tradicionales luces roja, amarilla y verde. Este cuarto color está diseñado para indicar situaciones especiales, como permitir el paso de vehículos de emergencia o dar prioridad a los vehículos autónomos en un futuro cercano. Aunque las autoridades han aclarado que, por el momento, no se tiene previsto expandir esta tecnología a otros semáforos en la ciudad, el experimento sugiere que podríamos estar viendo el inicio de una nueva era en la señalización vial.
La incorporación de la luz blanca en los semáforos podría representar una solución a los potenciales problemas que plantea la coexistencia de vehículos tradicionales con los autónomos. La luz blanca podría, por ejemplo, comunicar a todos los vehículos en una intersección que sigan al coche autónomo líder, mejorando así la fluidez del tráfico en situaciones donde la coordinación entre múltiples sistemas es crucial.