HORA DE EXTREMAR LAS PRECAUCIONES

El producto potencialmente cancerígeno que lleva tu coche y que multiplica su efecto con el calor

Nuestros vehículos están compuestos por miles y miles de elementos. Pese a los esfuerzos de los fabricantes por reducir el uso de componentes contaminantes o peligrosos, todavía existen algunos que pueden suponer un riesgo para nuestra integridad a largo plazo

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Un vehículo está compuesto por miles de elementos, cada uno desempeñando un papel crucial en su funcionamiento y seguridad. Desde los componentes más visibles como la carrocería, el chasis y las ruedas, hasta los más complejos como el motor, la transmisión y los sistemas electrónicos, cada pieza es esencial. Dentro de un coche, encontramos sistemas interconectados que incluyen el sistema de frenos, dirección, suspensión, sistemas de seguridad como airbags y cinturones de seguridad, además de la sofisticada tecnología que integra sensores y dispositivos para la asistencia al conductor y la conectividad.

Sin embargo, en nuestros coches viajan con nosotros numerosos compuestos químicos con todo tipo de funciones: desde dar color a una pieza decorativa hasta ofrecer un olor determinado al habitáculo, pasando por sistemas de seguridad como retardantes del fuego en caso de que se produzca un incendio.

Ahora, un estudio estadounidense publicado en la revista Environmental Science & Technology pone de manifiesto que el calor (y en España de eso sabemos un poquito...) facilita la emisión de un gas tóxico en los coches, gas originado por algunos productos ignífugos utilizados en la construcción del coche. Estos productos, como los compuestos organofosforados, se encuentran en diversas partes del habitáculo de los vehículos, como asientos o plásticos.

Investigadores de la Universidad de Duke, la Universidad de Berkeley y la Universidad de Toronto, encargados de llevar a cabo el estudio, han descubierto que el trifosfato (TCIPP) está presente en el aire del 99% de los coches analizados. El método utilizado consistió en colgar una muestra de silicona del espejo retrovisor de vehículos modernos durante una semana y analizar las sustancias absorbidas. En condiciones normales, la concentración de TCIPP era similar a la encontrada en interiores domésticos, por lo que el riesgo es mínimo.

Sin embargo, al aumentar la temperatura tanto dentro como fuera del coche (una circunstancia muy común cuando dejamos el coche aparcado al sol) las concentraciones de TCIPP se incrementaban de manera notable, llegando incluso a multiplicar de dos a cinco veces los índices recogidos en condiciones normales.

Un informe del Departamento de Salud estadounidense de 2023 clasifica al TCIPP como potencialmente cancerígeno, ya que en pruebas con ratas y ratones se observaron tumores de varios tipos. Los investigadores advierten sobre los posibles efectos a largo plazo en personas que pasan mucho tiempo en sus vehículos, especialmente niños, y para reducir los peligros recomiendan controlar la temperatura en el interior del coche, aparcando a la sombra y ventilando el vehículo antes de conducir abriendo ventanillas y puertas durante unos segundos.

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