EVITA PROBLEMAS LEGALES

El protocolo obligatorio que todo conductor en España debería conocer este verano

Aunque el estío subraya la importancia de la responsabilidad y la solidaridad en la carretera, siempre se ha de actuar con diligencia y humanidad en caso de accidente.

Con la llegada del verano y el inicio de las vacaciones estivales, las carreteras españolas experimentan un notable incremento en el número de desplazamientos. Este aumento de tráfico, sumado a factores como el cansancio, el calor, las distracciones y las prisas por llegar a destino, contribuye a un repunte en los accidentes viales durante los meses de junio a septiembre. Ante tal situación, es esencial que los conductores conozcan y cumplan sus obligaciones en caso de verse involucrados en un accidente de tráfico o de presenciar uno de gravedad.

En España, la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, junto con el Código Penal vigente, establece un protocolo de actuación obligatorio para los usuarios de la vía en caso de accidente. Según el artículo 129 del Reglamento General de Circulación, cualquier conductor involucrado o que haya sido testigo, especialmente si ha podido tener consecuencias físicas significativas, tiene el deber ciudadano de detenerse y prestar la asistencia necesaria a las posibles víctimas.

Accidente de tráfico | iStock

Esta obligación incluye varios pasos muy relevantes. En primer lugar, el conductor debe detenerse de manera totalmente segura y sin poner en peligro su propia vida ni la de otras personas. Es importante permanecer en el lugar del accidente y ofrecer la ayuda que se pueda, como socorrer a los heridos o señalizar el siniestro para evitar nuevos percances. Además, se ha de comunicar el incidente a los servicios de emergencia y llamar al 112 lo antes posible (si se puede, con carácter inmediato), cooperando tanto con ellos como con las autoridades cuando lleguen al lugar.

El incumplimiento de estas obligaciones puede tener serias consecuencias, sobre todo si el conductor se ha visto implicado en el choque de alguna manera. Desde el punto de vista administrativo, no detenerse y no prestar auxilio conlleva multas significativas, cuya cuantía variará en función de la emergencia y de las circunstancias específicas del accidente. Sin embargo, el desenlace no se limita al ámbito económico. El Código Penal español, en su artículo 195, contempla que la omisión del deber de socorro constituye un delito.

Si una persona no ampara a otra que se encuentra en peligro manifiesto, se enfrenta a una pena de cárcel de tres a doce meses. Adicionalmente, si el responsable (culpable) del accidente no presta ayuda y huye del lugar, los castigos pueden ser muchísimo más severos, máxime si existen fallecidos o gente con lesiones irreversibles. Aunque el estío subraya la importancia de la responsabilidad y la solidaridad en la carretera, siempre se ha de actuar con diligencia y humanidad en caso de accidente.