SEGURIDAD A BORDO

¿Se puede invadir el cristal trasero del coche al cargar el maletero?

La norma establece que las superficies acristaladas deben proporcionar una visibilidad diáfana: ¿habrá alguna excepción?

La Dirección General de Tráfico prevé que este verano los conductores españoles llevarán a cabo unos 93 millones de trayectos de largo recorrido y también se espera un incremento en los desplazamientos más breves. Para unos y para otros será necesario equipaje y todo tipo de equipamiento para la playa, la montaña, la práctica de distintas disciplinas deportivas… y la capacidad de los maleteros es finita. ¿Podemos utilizar la bandeja trasera para colocar objetos? ¿Qué pasa si reducimos la visibilidad de la luneta?

Es en el Artículo 19 del Reglamento General de Circulación donde encontramos respuestas ya que es el encargado de regular este aspecto: “La superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule, sin interferencias de láminas o adhesivos”.

Maletero | Unsplash

Respecto a este último punto se especifica que “la colocación de vidrios tintados o coloreados no homologados” está prohibida y sólo se podrá circular “con láminas adhesivas o cortinillas contra el sol en las ventanillas posteriores cuando el vehículo lleve dos espejos retrovisores exteriores que cumplan las especificaciones técnicas necesarias”. No hay que olvidar que un turismo sólo son obligatorios el izquierdo exterior y el interior.

La excepción

Atendiendo a la norma, no está permitido reducir la visión del conductor aunque existe una excepción para los modelos en los que el maletero no está separado del habitáculo. Sólo en estos casos podemos invadir la luneta trasera con la carga siempre que nuestro coche cuente con los dos retrovisores exteriores.

Maletero | Archivo

La Dirección General de Tráfico recuerda que para estas situaciones es más que recomendable separar el habitáculo de la zona de carga con una red, sujetar el equipaje y colocar las piezas más ligeras en la parte superior. La razón es sencilla: evitar que en una frenada o en un choque se conviertan en proyectiles e invadan el interior del coche poniendo en peligro la seguridad de los ocupantes.

Y es que por el efecto de la inercia, cualquier objeto que viaje suelto continúa su marcha hacia delante y multiplica la fuerza con la que golpearía a una persona. Según la DGT, en un choque que se produce a 50 km/h, un objeto puede llegar a multiplicar su peso por 40 o 50. Por ejemplo, si llevamos un bolso en esa parte y frenamos cuando estamos circulando a 50 km/h, su peso (incluyendo los objetos que lleva en el interior) pasa de 4 kilos a 158 kilos. Si lo hacemos a 90 km/h, se va a los 512 kilos.