¿Cómo mantener tu motor diésel limpio...por dentro?
Mantener la salud de nuestro motor es cuestión de mantenimiento, pero también de utilizar técnicas como el descarbonizado, que, eso sí, entraña algunos riesgos.
La salud de nuestros motores de combustión interna depende, fundamentalmente, de un buen mantenimiento que preserve sus características técnicas el mayor tiempo posible. Sin embargo, con el uso ocurren cierto fenómenos que son más difíciles de controlar, como la acumulación de depósitos de carbón y petróleo que requieren de actuaciones más intensas para su eliminación.
Para ello existe la descarbonización, un proceso que pretende, mediante diversas fases, limpiar en la medida de lo posible el interior del motor para eliminar la mayor cantidad de elementos extraños que pueden terminar por afectar al rendimiento del propulsor. Este proceso, no obstante, es algo agresivo con tu motor, y puede provocar algunos daños en propulsores especialmente delicados. VER VÍDEO.
La descarbonización es un proceso de quemado agresivo del interior del motor que se consigue mediante un ciclo de funcionamiento del motor a altas revoluciones mientras se añaden elementos detergentes que carbonizan cualquier resto de carburante o lubricante que haya podido quedarse adherido a, por ejemplo, los cilindros, las válvulas o los conductos de la admisión.
Elimina y evita la carbonilla en tu motor diésel con estos consejos
El funcionamiento de un motor diésel es, por concepto, al más 'sucio' que el de un motor de gasolina. Los residuos generados durante el funcionamiento del motor son más notables y visibles, pegajosos.
Para evitar que buena parte de esa suciedad sea expulsada por el tubo de escape, desde hace más de 20 años se utiliza, con carácter general, la EGR, es decir, una válvula de recirculación de gases.